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Ciudadanos da al PP un ultimátum para que apoye la comisión de investigación en la Asamblea de Madrid
Ciudadanos ha dado este sábado un plazo de 48 horas al PP para que apoye el lunes con sus 48 diputados la comisión de investigación sobre el máster de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. Si no lo hace ha anunciado que forzará la dimisión de Cifuentes sin precisar cómo lo hará.
minmaster escribió:Que se agolpan las noticias que confirman el escándalo, el fraude y la corrupción de Cifuentes?? No hay problema!! Ahí está Ciudadanos para inventarse una comisión de investigación absurda, ampliar la nómina de sus diputados y darle aire al PP
El Partido serio lo llaman
LynX escribió:Lo que realmente es para preocuparse es ver como pese a toda la corrupción que hay en el PP y lo inútil que es el Mariano, sigue ganando las elecciones cada 4 años. Esperemos que las próximas no xD.
Los demás partidos deberían hacérselo mirar, porque si con toda la que está cayendo no son capaces de ganar a Mariano, mejor que se vayan a casa. Vaya panda de inútiles.
LynX escribió:Lo que realmente es para preocuparse es ver como pese a toda la corrupción que hay en el PP y lo inútil que es el Mariano, sigue ganando las elecciones cada 4 años. Esperemos que las próximas no xD.
Los demás partidos deberían hacérselo mirar, porque si con toda la que está cayendo no son capaces de ganar a Mariano, mejor que se vayan a casa. Vaya panda de inútiles.
LynX escribió:Lo que realmente es para preocuparse es ver como pese a toda la corrupción que hay en el PP y lo inútil que es el Mariano, sigue ganando las elecciones cada 4 años. Esperemos que las próximas no xD.
Los demás partidos deberían hacérselo mirar, porque si con toda la que está cayendo no son capaces de ganar a Mariano, mejor que se vayan a casa. Vaya panda de inútiles.
Iknewthat escribió:LynX escribió:Lo que realmente es para preocuparse es ver como pese a toda la corrupción que hay en el PP y lo inútil que es el Mariano, sigue ganando las elecciones cada 4 años. Esperemos que las próximas no xD.
Los demás partidos deberían hacérselo mirar, porque si con toda la que está cayendo no son capaces de ganar a Mariano, mejor que se vayan a casa. Vaya panda de inútiles.
Solo tienes que prestar atención y mirar quien ha destapado y/o contribuido a informar del caso cifuentes: eldiario.es, elconfidencial, incluso elespanol.
A la prensa mayoritaria, ni se la ve, ni se la espera. Son los voceros del regimen. Y es de la manera que se informa la mayoría de la población.
kyros54 escribió:Iknewthat escribió:LynX escribió:Lo que realmente es para preocuparse es ver como pese a toda la corrupción que hay en el PP y lo inútil que es el Mariano, sigue ganando las elecciones cada 4 años. Esperemos que las próximas no xD.
Los demás partidos deberían hacérselo mirar, porque si con toda la que está cayendo no son capaces de ganar a Mariano, mejor que se vayan a casa. Vaya panda de inútiles.
Solo tienes que prestar atención y mirar quien ha destapado y/o contribuido a informar del caso cifuentes: eldiario.es, elconfidencial, incluso elespanol.
A la prensa mayoritaria, ni se la ve, ni se la espera. Son los voceros del regimen. Y es de la manera que se informa la mayoría de la población.
Seamos serios. Ni El Diario ni el confidencial ( este a ultima hora ) ni El Español son medios criticos con el regimen, todos reciben publicidad institucional y estan alineados con uno u otro partido. El Diario es un medio pro PSOE, y los otros dos afines a C`s, simplificando mucho, pero esa es la linea editorial que tienen. No veo que esos medios presenten un enfoque alternativo como nos encontramos en CTXT, El Salto o La Marea. Era un simple apunte, pero no podra la mano en el fuego por esos medios que has citado, dejando a un lado su rol en este caso concreto
Saludos
Piriguallo escribió:rezze escribió:Todos sabemos que esto de los masters es pasar por caja...el problema es que aqui se han modificado documentos publicos y esto es delito.
¿Tienes un máster? Yo creo que no.
rezze escribió:Piriguallo escribió:rezze escribió:Todos sabemos que esto de los masters es pasar por caja...el problema es que aqui se han modificado documentos publicos y esto es delito.
¿Tienes un máster? Yo creo que no.
Ni te lo dire ni lo sabras pero todos sabemos como va por la juancarlos o la sanpablo....ahi te lo dejo.
Piriguallo escribió:rezze escribió:Todos sabemos que esto de los masters es pasar por caja...el problema es que aqui se han modificado documentos publicos y esto es delito.
¿Tienes un máster? Yo creo que no.
gizajoa escribió:Piriguallo escribió:rezze escribió:Todos sabemos que esto de los masters es pasar por caja...el problema es que aqui se han modificado documentos publicos y esto es delito.
¿Tienes un máster? Yo creo que no.
Está claro que para algunos sí que es así, el caso es que me ha venido a la cabeza un programa de Salvados de hace años en que un tío presentó ante notario la lista de las personas que iban a aprovar una oposición, acertó todos excepto 1 persona que debía ser una máquina y se coló en medio. Todos ellos eran personas cercanas al PP.El cuñado de.... , la sobrina de...el primo de.... Me quedé pasmado. Y no eran precisamente unas oposiciones de servicios generales o de celador (con todos mis respetos) eran unas bastante tochas. Luego salta el tema de esta "señora" y empiezas a atar cabos... Título por cara, oposiciones falseadas, partido político corrupto hasta la médula y funcionarios que no tienen ni puta idea de en qué están trabajando.
El resultado son situaciones como las siguientes.
-Recibo una incapacidad laboral por una operación de espalda y le tengo que explicar YO a la persona de Hacienda que en la renta tengo que figurar como minusvalido(saca un pedazo de libro y me dice "hostias tienes razón"..
-Cambian la deducción de vivienda poniéndolo en toda la prensa y telediarios y cuando se lo explico a la mujer(me acuerdo de su cara porque con esa misma tuve tocata unos años más adelante) que me atendió en Hacienda me dice que no me corresponde (mi hermana me insiste en que a ella se lo han dado). Vuelvo a ir y me atiende un señor mayor y me dice... "por supuesto que te corresponde". Esta señora casi me jode unos 4.000€.
-Pregunto por la tributación de un coche que me he comprado se segunda mano y que sé que tengo que pagar por la transmisión. Voy a ver cuánto tengo que pagar y la misma señora de antes me dice que NO tengo que pagar nada.
-Mi padre va a la seguridad social y pregunta por los años cotizados en Francia por mi madre (si contabilizan) nadie tiene ni puta idea, la directora le cita para el día siguiente para confirmale que sí...
Menos mal que hay mucha gente (la inmensa mayoría) que sí que trabaja honradamente y que ha sacado sus titulaciónes por méritos propios.
Pero el que no quiera ver lo podrido que está este país es que es ciego.
Y que toda esa gente que los apoya elección tras elección son cómplices de los que nos han llevado a la ruina.
Siento el ladrillo y saludos a todos
PD: Y yo si que tengo un Master que era requisito indispensable para una oposición a la que me presente y supendí bien suspendido(como tiene que ser si no la has preparado).Así que como coclusión, para alguno sí que simplemete pasar por caja....
gizajoa escribió:Piriguallo escribió:rezze escribió:Todos sabemos que esto de los masters es pasar por caja...el problema es que aqui se han modificado documentos publicos y esto es delito.
¿Tienes un máster? Yo creo que no.
Está claro que para algunos sí que es así, el caso es que me ha venido a la cabeza un programa de Salvados de hace años en que un tío presentó ante notario la lista de las personas que iban a aprovar una oposición, acertó todos excepto 1 persona que debía ser una máquina y se coló en medio. Todos ellos eran personas cercanas al PP.El cuñado de.... , la sobrina de...el primo de.... Me quedé pasmado. Y no eran precisamente unas oposiciones de servicios generales o de celador (con todos mis respetos) eran unas bastante tochas. Luego salta el tema de esta "señora" y empiezas a atar cabos... Título por cara, oposiciones falseadas, partido político corrupto hasta la médula y funcionarios que no tienen ni puta idea de en qué están trabajando.
El resultado son situaciones como las siguientes.
-Recibo una incapacidad laboral por una operación de espalda y le tengo que explicar YO a la persona de Hacienda que en la renta tengo que figurar como minusvalido(saca un pedazo de libro y me dice "hostias tienes razón"..
-Cambian la deducción de vivienda poniéndolo en toda la prensa y telediarios y cuando se lo explico a la mujer(me acuerdo de su cara porque con esa misma tuve tocata unos años más adelante) que me atendió en Hacienda me dice que no me corresponde (mi hermana me insiste en que a ella se lo han dado). Vuelvo a ir y me atiende un señor mayor y me dice... "por supuesto que te corresponde". Esta señora casi me jode unos 4.000€.
-Pregunto por la tributación de un coche que me he comprado se segunda mano y que sé que tengo que pagar por la transmisión. Voy a ver cuánto tengo que pagar y la misma señora de antes me dice que NO tengo que pagar nada.
-Mi padre va a la seguridad social y pregunta por los años cotizados en Francia por mi madre (si contabilizan) nadie tiene ni puta idea, la directora le cita para el día siguiente para confirmale que sí...
Menos mal que hay mucha gente (la inmensa mayoría) que sí que trabaja honradamente y que ha sacado sus titulaciónes por méritos propios.
Pero el que no quiera ver lo podrido que está este país es que es ciego.
Y que toda esa gente que los apoya elección tras elección son cómplices de los que nos han llevado a la ruina.
Siento el ladrillo y saludos a todos
PD: Y yo si que tengo un Master que era requisito indispensable para una oposición a la que me presente y supendí bien suspendido(como tiene que ser si no la has preparado).Así que como coclusión, para alguno sí que simplemete pasar por caja....
Toda la verdad primera del escándalo que tiene en la cuerda floja a la presidenta de la Comunidad de Madrid. El garganta profunda de toda la fuga de información es un profesor enfadado, el mismo que ya logró con sus denuncias la caída del rector de los plagios, que ejecuta así su venganza contra la Universidad Rey Juan Carlos. ¿Por qué? Porque en tiempos de Lucía Figar eliminó la titulación de Sociología, en la que él destacaba como enseñante. Anuncia que seguirá en una lucha sin cuartel para limpiar la universidad o destruirla. Es militante del PSOE y virtuoso violonchelista. Anunció a sus alumnos en una clase de periodismo la exclusiva que iba a salir contra Cristina Cifuentes. Aunque prefiere que no trascienda su nombre, él mismo ha dicho al rector que es el origen de todas las filtraciones. Mandaba sus mensajes a sus colegas denunciando los 'chanchullos universitarios' con este emoticono:
Mediados de marzo. Fuenlabrada, Madrid. En un aula de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Rey Juan Carlos un espigado profesor con gafas está impartiendo una clase de Estructura Social Contemporánea. El hombre, de piel blanquecina y perfecta dicción, imparte una lección magistral sobre el significado del poder. Y no sólo abunda en la teoría. También plantea a sus alumnos de Periodismo un ejercicio práctico: que saquen sus móviles para leer la exclusiva que había dado esa mañana eldiario.es sobre el máster de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que habría obtenido en el centro de forma fraudulenta. «Yo soy la persona que está detrás de todo ello», les dice orgulloso. Toda una exhibición de poder. Los estudiantes le miran incrédulos. Y el maestro, para reivindicarse como el garganta profunda, les adelanta que en pocos minutos podrán ver una nueva noticia sobre el caso. Más poder. Los alumnos aplauden enfervorecidos. Así lo ha relatado él mismo a su entorno.
El profesor, también violonchelista, al que identificaremos sólo con una inicial, P., quería dejar constancia de que él era el director de esa orquesta que empezaba a sonar y que ha puesto en riesgo la carrera política de Cristina Cifuentes. Semanas antes, en un foro online universitario, había escrito a modo de profecía: «Se avecina una hecatombe de proporciones bíblicas». Una tormenta perfecta.
Bien lo sabía el docente. Ya tenía toda la información a su recaudo y sólo era cuestión de ordenar los pantallazos. De administrar los tiempos. De elegir el momento perfecto para cobrarse a su presa. Iniciaba su segunda gran cacería. En la primera se llevó por delante a un rector que terminaría siendo conocido como el rector plagiador.
Anticipó P. en un foro 'online' de universitarios el escándalo por el máster de Cifuentes
¿Por qué desvelaba P. su juego de poder a los alumnos y otros compañeros de Universidad? El profesor anticipó que una vez que estallase el escándalo no tardarían en salir personas colgándose la medalla para medrar en la Rey Juan Carlos o ganar para su partido la Comunidad de Madrid. Un botín inesperado a un año de las autonómicas. De ahí sus esfuerzos sin disimulo por reivindicar su obra. Incluso, según cuenta él, lo hizo ante el rector de la Universidad, Javier Ramos, quien le habría pedido negociar. Después dio la cara ante otros profesores, a los que comenzó a mandarles los links de las informaciones que desacreditaban el máster en Derecho Autonómico de Cifuentes junto a un emoticono de gafas y dientes prominentes. «Es lo que uso siempre para identificarme como el autor de la maldad. En la universidad ya todos saben que he sido yo», ha explicado estos días.
P. quería dejar claro que él había sido quien manejaba el timing y el que había decidido cómo se iba a desarrollar la operación Cifuentes en sintonía con su medio de confianza. Limpiar la universidad era ya su obsesión. Había empapelado su casa con un árbol de decisión: un esquema donde definía cada uno de sus pasos, los distintos escenarios, los posibles movimientos de sus rivales y sus contraataques. Su hoja de ruta para derribar a Cifuentes. «Ni el CNI, ni Atresmedia, ni Paco Marhuenda [también profesor de la URJC], ni Soraya Sáenz de Santamaría, ni Ignacio González han tenido nada que ver. No ha habido fuego amigo. No está Podemos ni el PSOE detrás. No es una operación política. He sido sólo yo. Cuando he dejado todo resuelto, se han sumado otros», ha dicho este militante del PSOE. Pero lo curioso es que su objetivo inicial no era Cifuentes. Y dice que tampoco será el último, pues en esta historia de venganzas, traiciones, mentiras y juegos de tronos universitarios le quedan aún muchas figuras por derribar.
En este relato también hay una fecha oficial. El 24 de julio de 2014. Ese día, la orden 2385/2014 del Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid recoge un cambio interno en la Universidad Rey Juan Carlos firmado por la entonces consejera de Educación, la popular Lucía Figar: la «extinción del grado en Sociología». La noticia no tiene eco mediático. Pero aquel BOCM sería el origen de los males de Cifuentes.
En aquel Boletín Oficial está la razón de ser de la vendetta de P., un profesor de Sociología que entonces se vio apartado de su materia. Según él, por la decisión de la Universidad de falsear los datos de alumnos matriculados para demostrar que el grado apenas tenía demanda. Y todo con el beneplácito de Lucía Figar, a quien P. llegaría a denunciar por prevaricación. Lo cierto es que se quedó sin poder dar su titulación y sus alumnos de Sociología, sin carrera. Él creyó, y aún cree, que la extinción del grado de Sociología fue el castigo de la dirección de la URJC por haber apoyado al candidato perdedor al rectorado. Se refiere al profesor de Estadística, David Ríos, aspirante a dirigir la Universidad que fue derrotado por Fernando Suárez.
Suárez había sido nombrado rector en funciones por Pedro González-Trevijano cuando éste accedió al Tribunal Constitucional. Era junio de 2013 y el primer escándalo no tardó en llegar. Justo tres días después de que Suárez convocase elecciones para ser la máxima autoridad de la URJC. Él pensaba que iba a ser un camino de rosas, pero trasciende que había sido imputado por amenazar cuando era vicerrector con «enterrar» al jefe del Departamento de Estadística si apoyaba a David Ríos, que se había presentado contra González-Trevijano. La conversación fue grabada por el profesor y se incorporaría a la querella. Aquella filtración a los medios no impediría que el rector noquease a Ríos. Según varios profesores veteranos de la Rey Juan Carlos, Suárez había tejido tal red clientelar que era invencible. Colocando en el campus a los familiares y amigos de profesores de la Universidad cuyos votos valían más en las elecciones.
En el fragor de aquella batalla sitúa el garganta profunda del caso Cifuentes la decisión de acabar con Sociología por venganza. Dice el profesor que se trató de laminar tanto a Ríos como al profesor de Estadística (redujeron el profesorado de su departamento) y a él mismo (le situaban detrás de las filtraciones a la prensa). «Suárez sabe que cuando me cerró el grado de Sociología por haber apoyado a Ríos él cavó su tumba», ha asegurado P. a su entorno sobre aquellos tiempos.
Detrás de aquella cacería, según su versión, también estaba González-Trevijano, ahora magistrado del Constitucional. El profesor ha dicho de él a su círculo que «sigue controlando esta Universidad corrupta como don Vito Corleone» y que desde que fue rector la utilizó para dar facilidades académicas a personas vinculadas al PP o colocar a sus familiares. Usó, según él, la URJC para medrar en los círculos populares porque quería ser ministro o miembro del Constitucional, como consiguió en 2013. Y ahora, el sociólogo ha explicado a su gente que está seguro de que Trevijano fue quien ayudó a a Cifuentes a obtener su máster de forma irregular en el que se matriculó en 2011 cuando él mandaba. «Es su padrino», ha dicho.
Una vez desaparecido el grado de Sociología, P. empezó su cruzada por destapar la «fosa séptica» de la Rey Juan Carlos. Cayese quien cayese. Por ello, pidió a funcionarios de confianza que luchasen por encontrar irregularidades.
Su sed de venganza era tan palpable que llegó a oídos de una facción del Opus Dei que quería destronar a Suárez, también vinculado a esta corriente religiosa. Suárez se había granjeado enemigos cuando fue nombrado por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, director del Anuario de Historia del Derecho sin ser, como regía la tradición, el catedrático más antiguo en el escalafón. También querían acabar con él porque había formado parte del tribunal que negó una plaza en la Complutense a un catedrático de Historia del Derecho con influencia dentro de esa facción. Fue este grupo de poder, según ha dicho P., quien puso al profesor sobre la pista de que Suárez había plagiado varios trabajos académicos. Y éste comenzó a verter señales en un blog del que era administrador. Empieza a dar pistas sobre los escritos que ha podido copiar y anima a otros profesores a colaborar en el striptease de su copy and paste. Se crea el comando Zorro, un grupo de personas que empieza a comparar texto por texto. Y a P. comienzan a llegarle sobres. Con trabajos de Suárez plagiados. El tema comienza a circular por la URJC y aflora en la prensa una semana después de que el rector Suárez hubiese aprobado un sistema antiplagios.
Se abre la veda y P. implica a más medios para que el asunto tenga repercusión nacional. Es cuando aparece una oleada de fusilamientos que demuestran que Suárez había plagiado en 10 de sus publicaciones y que, como desveló Crónica [«El plagio definitivo del rector copión», 24/12/2016], había contado con «un grupo de negros» que le había hecho el trabajo más sucio de reproducir literalmente párrafos de otros autores. Suárez se enroca en su cargo. Sabe que ha tejido tal red clientelar que nadie le va a echar de su cargo y que incluso convocando elecciones podría ganar, dado el mayor valor que tienen las votaciones de los profesores a los que ha brindado privilegios. Sin embargo, P. manda un mediador al consejero de Educación, Rafael Van Grieken, que había sido vicerrector. Eran ya tiempos de Cristina Cifuentes al frente de la Comunidad. Le dice que tenía «24 horas» para deshacerse de Suárez. «Si lo haces puedes poner al rector que quieras porque lo primero es salvar la imagen de la Universidad». Y Van Grieken acepta con el apoyo de Cifuentes, según fuentes universitarias. La Comunidad empuja a Suárez a convocar elecciones y a renunciar a su reelección. A cambio, pactan que su sucesor sea un afín. Suárez elige a Javier Ramos, uno de sus lugartenientes. Ahora son íntimos enemigos.
El 'caso Cifuentes'
Ese relevo pactado en el rectorado de la Rey Juan Carlos está en el origen del escándalo por el máster. El profesor P. siempre creyó que en la decisión de apostar «por la línea continuista» y no por un rector «de consenso y limpio» de cualquier mácula de corrupción» tuvo mucho que ver Cifuentes. «De ahí que el rector Javier Ramos le haya querido echar un cable a Cristina al principio», ha dicho P. Al ver el triunfo del rector Ramos, el profesor de Sociología dio orden a sus colaboradores de que entrasen en los sistemas y rastreasen todos los expedientes de los políticos que se habían sacado el título en la URJC.
Y a principios de este año le llamó uno de ellos anunciando caza mayor. La inmaculada presidenta de la Comunidad. Le informó de que se había sacado el máster en Derecho Autonómico de forma fraudulenta. «Si es verdad me cargo la Comunidad», le dijo el profesor que, meticuloso como nadie, le exigió pruebas documentales. Y a los pocos días le apareció con un pantallazo con datos de la intranet del centro que avalaba su hipótesis. Pero quería más. Necesitaba más pruebas, consciente de que si iba a disparar contra un elefante necesitaría munición de mayor calibre, y con la sospecha de que el engranaje de la URJC iba a defender a Cifuentes. Y le trajeron tres pantallazos más. Definitivos para tumbarla a su juicio.
Era cuestión de elaborar un planning sobre cómo y cuándo sacar la información. Decidió lanzarla cuando vio cómo Cifuentes se retrataba ante la comisión de investigación de la financiación irregular del PP como una política honesta. Le enervó tanto que no pudo aguantar más. El primer tiro contra Cifuentes fue difundir ese pantallazo que demostraba que le cambiaron dos notas de «No presentado» a «Notable» tres años después de matricularse en 2011 y sin mediar nueva matrícula. Lo hizo una funcionaria que no trabajaba en el servicio de posgrado ni en el mismo campus donde se impartía. Cuando la información fue publicada, P. reivindicó su autoría ante el rector, quien, según el relato del profesor, le ofreció negociar. No aceptó. «No tengo ninguna novia ni ningún hijo tonto a quien colocar», dijo.
"Ya no tengo más material contra Cristina... Ahora toca a los partidos hacer su trabajo"
También avisó de que todo iba en serio a su amigo Enrique Álvarez Conde, el director del máster que se ofreció a dar la cara por Cifuentes. Pero éste no le creyó y aceptó comparecer en una rueda de prensa pactada con la parte afectada defendiendo la honorabilidad de Cifuentes. Los responsables de la Universidad lo achacaron a una «mala transcripción en la introducción de las notas». A un error informático. Y ni rastro de su trabajo fin de máster.
Tras la rueda de prensa, P. telefoneó a Álvarez Conde avisándole de que al día siguiente tenía munición que les dejaría en ridículo. «Me ha dicho el rector que tú no puedes tener nada que contradiga nuestra versión», le dijo el director del máster. «Si quieres te mando los documentos originales antes de publicarlos», le desafió el profesor. Desconocía que su amigo tenía varios pantallazos que demostraban que Cifuentes cuatro meses después de «aprobarlo todo» en noviembre de 2012, según su versión, pagó 6,11 euros para poder presentar y defender el Trabajo Fin de Máster (TFM) que teóricamente ya tenía aprobado con un notable. Álvarez Conde entró en pánico. «¡Joder, he hecho el gilipollas!», le dijo a P.
Y después ya empezó a tocar el resto de integrantes de la orquesta. El Titanic cifuentino hacía agua. Y se abrían nuevos frentes: los partidos exigían responsabilidades, compañeros de máster de Cifuentes aireaban que nunca habían visto en clase a la entonces delegada del Gobierno en Madrid... También aparecieron una serie de informaciones que permitían sospechar por qué la Universidad estaba protegiendo a Cifuentes. «El profesor del máster falsificado de Cifuentes fue colocado por el PP»; «El director del máster de Cifuentes fue alto cargo de Rajoy» y «La universidad que regaló un máster a Cifuentes contrató como profesora a su hermana de manera ilegal» fueron algunos de los titulares publicados.
Al profesor se le acercaron emisarios del PP, de Podemos y del PSOE, por orden de Pedro Sánchez. Unos para informarse, otros para sacar rédito político. A los socialistas les transmitió que él podía tener carné (se afilió con la llegada de Sánchez a Ferraz en 2014, al cual ha defendido en las últimas primarias socialistas frente a Susana Díaz), pero que también había corruptos socialistas en el campus. Por eso, ha asegurado que tiene preparada su carta de baja, aunque el PSOE le ha pedido que aguante. También les dijo que era partidario de una moción de censura pero manteniendo a un político popular. Y les reprochó que él había hecho «más en 72 horas por limpiar la URJC que ellos en 20 años».
A pesar de las evidencias, Cifuentes se aferró al sillón. En la mañana de su comparecencia, El Confidencial se sumó a la causa explicando que el documento que utilizó la presidenta para tratar de demostrar que completó su máster fue fabricado unas horas después de que estallara el escándalo y que dos de las firmas de las tres profesoras que figuran en la supuesta acta del tribunal del TFM fueron falsificadas. «Alguna de las firmantes del acta falsa acabará cantando por consejo de su abogado para evitar el delito de falsedad documental», pronosticó P.
Su profecía se cumplió un día después de que Cifuentes insistiese en su honorabilidad en la Asamblea de Madrid. Una de las profesoras dijo que no había firmado esa acta. Era el aparente fin de Cifuentes. Pero la presidenta decidió resistir. «He demostrado que con tres pantallazos se puede hundir una Comunidad. Ya he conseguido acreditar que todo es un chanchullo y que debe dimitir. Ya no tengo más material contra Cristina...Ahora toca a los partidos hacer su trabajo. Yo ya lo he dejado todo acreditado, todo resuelto», dijo P. el pasado miércoles. El PSOE ya ha activado la maquinaria.
"Se avecina una hecatombe de dimensiones bíblicas"
Mientras tanto, P. amenaza con seguir levantando alfombras en la URJC donde, según su entorno, existe un sistema para falsificar TFM. «El registro de entrada está en la red; ellos quitan internet, cambian la fecha del ordenador, reactivan internet y ponen la fecha que necesitan en el documento», aseguran desde la URJC. El sociólogo también quiere destapar a otros políticos. Cambiar al rector y si no, que cierren la URJC. «Fraccionarla por campus y adscribirlos a otras universidades, pero eso dependería de la Comunidad». También quiere desmontar toda la red clientelar ideada por Trevijano, acabar con los profesores corruptos («en esta historia, los que han ayudado a Cifuentes desde dentro de la Universidad son más corruptos que ella») y sobrevivir a la caza de brujas que les espera a él y a sus colaboradores. Una orquesta que promete no dejar de sonar.
El viernes, el profesor P. lanzaba a sus conocidos un último mensaje: "Mi trabajo en este asunto ya ha terminado. Jaque mate. En poco tiempo..."
también estaba González-Trevijano, ahora magistrado del Constitucional. El profesor ha dicho de él a su círculo que «sigue controlando esta Universidad corrupta como don Vito Corleone» y que desde que fue rector la utilizó para dar facilidades académicas a personas vinculadas al PP o colocar a sus familiares. Usó, según él, la URJC para medrar en los círculos populares porque quería ser ministro o miembro del Constitucional, como consiguió en 2013. Y ahora, el sociólogo ha explicado a su gente que está seguro de que Trevijano fue quien ayudó a a Cifuentes a obtener su máster de forma irregular en el que se matriculó en 2011 cuando él mandaba. «Es su padrino», ha dicho.
, P. amenaza con seguir levantando alfombras en la URJC donde, según su entorno, existe un sistema para falsificar TFM. «El registro de entrada está en la red; ellos quitan internet, cambian la fecha del ordenador, reactivan internet y ponen la fecha que necesitan en el documento», aseguran desde la URJC. El sociólogo también quiere destapar a otros políticos.
Ciudadanos encarga una encuesta para decidir qué hace con Cifuentes
Las preguntas desvelan todo un abanico de posibilidades: desde apoyar una moción de censura hasta entrar en un Gobierno con el PSOE o hacerlo con el PP
El trabajo ha sido encargado por José Manuel Villegas en el marco de las sondeos de intención de voto que su secretaría encarga habitualmente
txusko escribió:http://www.elmundo.es/cronica/2018/04/08/5ac8ec90e5fdeab64b8b457e.html
Tochonoticia insideToda la verdad primera del escándalo que tiene en la cuerda floja a la presidenta de la Comunidad de Madrid. El garganta profunda de toda la fuga de información es un profesor enfadado, el mismo que ya logró con sus denuncias la caída del rector de los plagios, que ejecuta así su venganza contra la Universidad Rey Juan Carlos. ¿Por qué? Porque en tiempos de Lucía Figar eliminó la titulación de Sociología, en la que él destacaba como enseñante. Anuncia que seguirá en una lucha sin cuartel para limpiar la universidad o destruirla. Es militante del PSOE y virtuoso violonchelista. Anunció a sus alumnos en una clase de periodismo la exclusiva que iba a salir contra Cristina Cifuentes. Aunque prefiere que no trascienda su nombre, él mismo ha dicho al rector que es el origen de todas las filtraciones. Mandaba sus mensajes a sus colegas denunciando los 'chanchullos universitarios' con este emoticono:
Mediados de marzo. Fuenlabrada, Madrid. En un aula de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Rey Juan Carlos un espigado profesor con gafas está impartiendo una clase de Estructura Social Contemporánea. El hombre, de piel blanquecina y perfecta dicción, imparte una lección magistral sobre el significado del poder. Y no sólo abunda en la teoría. También plantea a sus alumnos de Periodismo un ejercicio práctico: que saquen sus móviles para leer la exclusiva que había dado esa mañana eldiario.es sobre el máster de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que habría obtenido en el centro de forma fraudulenta. «Yo soy la persona que está detrás de todo ello», les dice orgulloso. Toda una exhibición de poder. Los estudiantes le miran incrédulos. Y el maestro, para reivindicarse como el garganta profunda, les adelanta que en pocos minutos podrán ver una nueva noticia sobre el caso. Más poder. Los alumnos aplauden enfervorecidos. Así lo ha relatado él mismo a su entorno.
El profesor, también violonchelista, al que identificaremos sólo con una inicial, P., quería dejar constancia de que él era el director de esa orquesta que empezaba a sonar y que ha puesto en riesgo la carrera política de Cristina Cifuentes. Semanas antes, en un foro online universitario, había escrito a modo de profecía: «Se avecina una hecatombe de proporciones bíblicas». Una tormenta perfecta.
Bien lo sabía el docente. Ya tenía toda la información a su recaudo y sólo era cuestión de ordenar los pantallazos. De administrar los tiempos. De elegir el momento perfecto para cobrarse a su presa. Iniciaba su segunda gran cacería. En la primera se llevó por delante a un rector que terminaría siendo conocido como el rector plagiador.
Anticipó P. en un foro 'online' de universitarios el escándalo por el máster de Cifuentes
¿Por qué desvelaba P. su juego de poder a los alumnos y otros compañeros de Universidad? El profesor anticipó que una vez que estallase el escándalo no tardarían en salir personas colgándose la medalla para medrar en la Rey Juan Carlos o ganar para su partido la Comunidad de Madrid. Un botín inesperado a un año de las autonómicas. De ahí sus esfuerzos sin disimulo por reivindicar su obra. Incluso, según cuenta él, lo hizo ante el rector de la Universidad, Javier Ramos, quien le habría pedido negociar. Después dio la cara ante otros profesores, a los que comenzó a mandarles los links de las informaciones que desacreditaban el máster en Derecho Autonómico de Cifuentes junto a un emoticono de gafas y dientes prominentes. «Es lo que uso siempre para identificarme como el autor de la maldad. En la universidad ya todos saben que he sido yo», ha explicado estos días.
P. quería dejar claro que él había sido quien manejaba el timing y el que había decidido cómo se iba a desarrollar la operación Cifuentes en sintonía con su medio de confianza. Limpiar la universidad era ya su obsesión. Había empapelado su casa con un árbol de decisión: un esquema donde definía cada uno de sus pasos, los distintos escenarios, los posibles movimientos de sus rivales y sus contraataques. Su hoja de ruta para derribar a Cifuentes. «Ni el CNI, ni Atresmedia, ni Paco Marhuenda [también profesor de la URJC], ni Soraya Sáenz de Santamaría, ni Ignacio González han tenido nada que ver. No ha habido fuego amigo. No está Podemos ni el PSOE detrás. No es una operación política. He sido sólo yo. Cuando he dejado todo resuelto, se han sumado otros», ha dicho este militante del PSOE. Pero lo curioso es que su objetivo inicial no era Cifuentes. Y dice que tampoco será el último, pues en esta historia de venganzas, traiciones, mentiras y juegos de tronos universitarios le quedan aún muchas figuras por derribar.
En este relato también hay una fecha oficial. El 24 de julio de 2014. Ese día, la orden 2385/2014 del Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid recoge un cambio interno en la Universidad Rey Juan Carlos firmado por la entonces consejera de Educación, la popular Lucía Figar: la «extinción del grado en Sociología». La noticia no tiene eco mediático. Pero aquel BOCM sería el origen de los males de Cifuentes.
En aquel Boletín Oficial está la razón de ser de la vendetta de P., un profesor de Sociología que entonces se vio apartado de su materia. Según él, por la decisión de la Universidad de falsear los datos de alumnos matriculados para demostrar que el grado apenas tenía demanda. Y todo con el beneplácito de Lucía Figar, a quien P. llegaría a denunciar por prevaricación. Lo cierto es que se quedó sin poder dar su titulación y sus alumnos de Sociología, sin carrera. Él creyó, y aún cree, que la extinción del grado de Sociología fue el castigo de la dirección de la URJC por haber apoyado al candidato perdedor al rectorado. Se refiere al profesor de Estadística, David Ríos, aspirante a dirigir la Universidad que fue derrotado por Fernando Suárez.
Suárez había sido nombrado rector en funciones por Pedro González-Trevijano cuando éste accedió al Tribunal Constitucional. Era junio de 2013 y el primer escándalo no tardó en llegar. Justo tres días después de que Suárez convocase elecciones para ser la máxima autoridad de la URJC. Él pensaba que iba a ser un camino de rosas, pero trasciende que había sido imputado por amenazar cuando era vicerrector con «enterrar» al jefe del Departamento de Estadística si apoyaba a David Ríos, que se había presentado contra González-Trevijano. La conversación fue grabada por el profesor y se incorporaría a la querella. Aquella filtración a los medios no impediría que el rector noquease a Ríos. Según varios profesores veteranos de la Rey Juan Carlos, Suárez había tejido tal red clientelar que era invencible. Colocando en el campus a los familiares y amigos de profesores de la Universidad cuyos votos valían más en las elecciones.
En el fragor de aquella batalla sitúa el garganta profunda del caso Cifuentes la decisión de acabar con Sociología por venganza. Dice el profesor que se trató de laminar tanto a Ríos como al profesor de Estadística (redujeron el profesorado de su departamento) y a él mismo (le situaban detrás de las filtraciones a la prensa). «Suárez sabe que cuando me cerró el grado de Sociología por haber apoyado a Ríos él cavó su tumba», ha asegurado P. a su entorno sobre aquellos tiempos.
Detrás de aquella cacería, según su versión, también estaba González-Trevijano, ahora magistrado del Constitucional. El profesor ha dicho de él a su círculo que «sigue controlando esta Universidad corrupta como don Vito Corleone» y que desde que fue rector la utilizó para dar facilidades académicas a personas vinculadas al PP o colocar a sus familiares. Usó, según él, la URJC para medrar en los círculos populares porque quería ser ministro o miembro del Constitucional, como consiguió en 2013. Y ahora, el sociólogo ha explicado a su gente que está seguro de que Trevijano fue quien ayudó a a Cifuentes a obtener su máster de forma irregular en el que se matriculó en 2011 cuando él mandaba. «Es su padrino», ha dicho.
Una vez desaparecido el grado de Sociología, P. empezó su cruzada por destapar la «fosa séptica» de la Rey Juan Carlos. Cayese quien cayese. Por ello, pidió a funcionarios de confianza que luchasen por encontrar irregularidades.
Su sed de venganza era tan palpable que llegó a oídos de una facción del Opus Dei que quería destronar a Suárez, también vinculado a esta corriente religiosa. Suárez se había granjeado enemigos cuando fue nombrado por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, director del Anuario de Historia del Derecho sin ser, como regía la tradición, el catedrático más antiguo en el escalafón. También querían acabar con él porque había formado parte del tribunal que negó una plaza en la Complutense a un catedrático de Historia del Derecho con influencia dentro de esa facción. Fue este grupo de poder, según ha dicho P., quien puso al profesor sobre la pista de que Suárez había plagiado varios trabajos académicos. Y éste comenzó a verter señales en un blog del que era administrador. Empieza a dar pistas sobre los escritos que ha podido copiar y anima a otros profesores a colaborar en el striptease de su copy and paste. Se crea el comando Zorro, un grupo de personas que empieza a comparar texto por texto. Y a P. comienzan a llegarle sobres. Con trabajos de Suárez plagiados. El tema comienza a circular por la URJC y aflora en la prensa una semana después de que el rector Suárez hubiese aprobado un sistema antiplagios.
Se abre la veda y P. implica a más medios para que el asunto tenga repercusión nacional. Es cuando aparece una oleada de fusilamientos que demuestran que Suárez había plagiado en 10 de sus publicaciones y que, como desveló Crónica [«El plagio definitivo del rector copión», 24/12/2016], había contado con «un grupo de negros» que le había hecho el trabajo más sucio de reproducir literalmente párrafos de otros autores. Suárez se enroca en su cargo. Sabe que ha tejido tal red clientelar que nadie le va a echar de su cargo y que incluso convocando elecciones podría ganar, dado el mayor valor que tienen las votaciones de los profesores a los que ha brindado privilegios. Sin embargo, P. manda un mediador al consejero de Educación, Rafael Van Grieken, que había sido vicerrector. Eran ya tiempos de Cristina Cifuentes al frente de la Comunidad. Le dice que tenía «24 horas» para deshacerse de Suárez. «Si lo haces puedes poner al rector que quieras porque lo primero es salvar la imagen de la Universidad». Y Van Grieken acepta con el apoyo de Cifuentes, según fuentes universitarias. La Comunidad empuja a Suárez a convocar elecciones y a renunciar a su reelección. A cambio, pactan que su sucesor sea un afín. Suárez elige a Javier Ramos, uno de sus lugartenientes. Ahora son íntimos enemigos.
El 'caso Cifuentes'
Ese relevo pactado en el rectorado de la Rey Juan Carlos está en el origen del escándalo por el máster. El profesor P. siempre creyó que en la decisión de apostar «por la línea continuista» y no por un rector «de consenso y limpio» de cualquier mácula de corrupción» tuvo mucho que ver Cifuentes. «De ahí que el rector Javier Ramos le haya querido echar un cable a Cristina al principio», ha dicho P. Al ver el triunfo del rector Ramos, el profesor de Sociología dio orden a sus colaboradores de que entrasen en los sistemas y rastreasen todos los expedientes de los políticos que se habían sacado el título en la URJC.
Y a principios de este año le llamó uno de ellos anunciando caza mayor. La inmaculada presidenta de la Comunidad. Le informó de que se había sacado el máster en Derecho Autonómico de forma fraudulenta. «Si es verdad me cargo la Comunidad», le dijo el profesor que, meticuloso como nadie, le exigió pruebas documentales. Y a los pocos días le apareció con un pantallazo con datos de la intranet del centro que avalaba su hipótesis. Pero quería más. Necesitaba más pruebas, consciente de que si iba a disparar contra un elefante necesitaría munición de mayor calibre, y con la sospecha de que el engranaje de la URJC iba a defender a Cifuentes. Y le trajeron tres pantallazos más. Definitivos para tumbarla a su juicio.
Era cuestión de elaborar un planning sobre cómo y cuándo sacar la información. Decidió lanzarla cuando vio cómo Cifuentes se retrataba ante la comisión de investigación de la financiación irregular del PP como una política honesta. Le enervó tanto que no pudo aguantar más. El primer tiro contra Cifuentes fue difundir ese pantallazo que demostraba que le cambiaron dos notas de «No presentado» a «Notable» tres años después de matricularse en 2011 y sin mediar nueva matrícula. Lo hizo una funcionaria que no trabajaba en el servicio de posgrado ni en el mismo campus donde se impartía. Cuando la información fue publicada, P. reivindicó su autoría ante el rector, quien, según el relato del profesor, le ofreció negociar. No aceptó. «No tengo ninguna novia ni ningún hijo tonto a quien colocar», dijo.
"Ya no tengo más material contra Cristina... Ahora toca a los partidos hacer su trabajo"
También avisó de que todo iba en serio a su amigo Enrique Álvarez Conde, el director del máster que se ofreció a dar la cara por Cifuentes. Pero éste no le creyó y aceptó comparecer en una rueda de prensa pactada con la parte afectada defendiendo la honorabilidad de Cifuentes. Los responsables de la Universidad lo achacaron a una «mala transcripción en la introducción de las notas». A un error informático. Y ni rastro de su trabajo fin de máster.
Tras la rueda de prensa, P. telefoneó a Álvarez Conde avisándole de que al día siguiente tenía munición que les dejaría en ridículo. «Me ha dicho el rector que tú no puedes tener nada que contradiga nuestra versión», le dijo el director del máster. «Si quieres te mando los documentos originales antes de publicarlos», le desafió el profesor. Desconocía que su amigo tenía varios pantallazos que demostraban que Cifuentes cuatro meses después de «aprobarlo todo» en noviembre de 2012, según su versión, pagó 6,11 euros para poder presentar y defender el Trabajo Fin de Máster (TFM) que teóricamente ya tenía aprobado con un notable. Álvarez Conde entró en pánico. «¡Joder, he hecho el gilipollas!», le dijo a P.
Y después ya empezó a tocar el resto de integrantes de la orquesta. El Titanic cifuentino hacía agua. Y se abrían nuevos frentes: los partidos exigían responsabilidades, compañeros de máster de Cifuentes aireaban que nunca habían visto en clase a la entonces delegada del Gobierno en Madrid... También aparecieron una serie de informaciones que permitían sospechar por qué la Universidad estaba protegiendo a Cifuentes. «El profesor del máster falsificado de Cifuentes fue colocado por el PP»; «El director del máster de Cifuentes fue alto cargo de Rajoy» y «La universidad que regaló un máster a Cifuentes contrató como profesora a su hermana de manera ilegal» fueron algunos de los titulares publicados.
Al profesor se le acercaron emisarios del PP, de Podemos y del PSOE, por orden de Pedro Sánchez. Unos para informarse, otros para sacar rédito político. A los socialistas les transmitió que él podía tener carné (se afilió con la llegada de Sánchez a Ferraz en 2014, al cual ha defendido en las últimas primarias socialistas frente a Susana Díaz), pero que también había corruptos socialistas en el campus. Por eso, ha asegurado que tiene preparada su carta de baja, aunque el PSOE le ha pedido que aguante. También les dijo que era partidario de una moción de censura pero manteniendo a un político popular. Y les reprochó que él había hecho «más en 72 horas por limpiar la URJC que ellos en 20 años».
A pesar de las evidencias, Cifuentes se aferró al sillón. En la mañana de su comparecencia, El Confidencial se sumó a la causa explicando que el documento que utilizó la presidenta para tratar de demostrar que completó su máster fue fabricado unas horas después de que estallara el escándalo y que dos de las firmas de las tres profesoras que figuran en la supuesta acta del tribunal del TFM fueron falsificadas. «Alguna de las firmantes del acta falsa acabará cantando por consejo de su abogado para evitar el delito de falsedad documental», pronosticó P.
Su profecía se cumplió un día después de que Cifuentes insistiese en su honorabilidad en la Asamblea de Madrid. Una de las profesoras dijo que no había firmado esa acta. Era el aparente fin de Cifuentes. Pero la presidenta decidió resistir. «He demostrado que con tres pantallazos se puede hundir una Comunidad. Ya he conseguido acreditar que todo es un chanchullo y que debe dimitir. Ya no tengo más material contra Cristina...Ahora toca a los partidos hacer su trabajo. Yo ya lo he dejado todo acreditado, todo resuelto», dijo P. el pasado miércoles. El PSOE ya ha activado la maquinaria.
"Se avecina una hecatombe de dimensiones bíblicas"
Mientras tanto, P. amenaza con seguir levantando alfombras en la URJC donde, según su entorno, existe un sistema para falsificar TFM. «El registro de entrada está en la red; ellos quitan internet, cambian la fecha del ordenador, reactivan internet y ponen la fecha que necesitan en el documento», aseguran desde la URJC. El sociólogo también quiere destapar a otros políticos. Cambiar al rector y si no, que cierren la URJC. «Fraccionarla por campus y adscribirlos a otras universidades, pero eso dependería de la Comunidad». También quiere desmontar toda la red clientelar ideada por Trevijano, acabar con los profesores corruptos («en esta historia, los que han ayudado a Cifuentes desde dentro de la Universidad son más corruptos que ella») y sobrevivir a la caza de brujas que les espera a él y a sus colaboradores. Una orquesta que promete no dejar de sonar.
El viernes, el profesor P. lanzaba a sus conocidos un último mensaje: "Mi trabajo en este asunto ya ha terminado. Jaque mate. En poco tiempo..."
El resumen seriatambién estaba González-Trevijano, ahora magistrado del Constitucional. El profesor ha dicho de él a su círculo que «sigue controlando esta Universidad corrupta como don Vito Corleone» y que desde que fue rector la utilizó para dar facilidades académicas a personas vinculadas al PP o colocar a sus familiares. Usó, según él, la URJC para medrar en los círculos populares porque quería ser ministro o miembro del Constitucional, como consiguió en 2013. Y ahora, el sociólogo ha explicado a su gente que está seguro de que Trevijano fue quien ayudó a a Cifuentes a obtener su máster de forma irregular en el que se matriculó en 2011 cuando él mandaba. «Es su padrino», ha dicho.
, P. amenaza con seguir levantando alfombras en la URJC donde, según su entorno, existe un sistema para falsificar TFM. «El registro de entrada está en la red; ellos quitan internet, cambian la fecha del ordenador, reactivan internet y ponen la fecha que necesitan en el documento», aseguran desde la URJC. El sociólogo también quiere destapar a otros políticos.
Han sido los profesores de la universidad
Y el resto vamos , lo q se sabia.
La urjc es un pozo de mierda donde hay una red clientelar para amigos y afines de cierto espectro politico, con un miembro del tribunal constitucional ( hola catalunya ) gravemente implicado.
Circulen.. q aqui no ha pasado nada
txusko escribió:http://www.elmundo.es/cronica/2018/04/08/5ac8ec90e5fdeab64b8b457e.html
Tochonoticia insideToda la verdad primera del escándalo que tiene en la cuerda floja a la presidenta de la Comunidad de Madrid. El garganta profunda de toda la fuga de información es un profesor enfadado, el mismo que ya logró con sus denuncias la caída del rector de los plagios, que ejecuta así su venganza contra la Universidad Rey Juan Carlos. ¿Por qué? Porque en tiempos de Lucía Figar eliminó la titulación de Sociología, en la que él destacaba como enseñante. Anuncia que seguirá en una lucha sin cuartel para limpiar la universidad o destruirla. Es militante del PSOE y virtuoso violonchelista. Anunció a sus alumnos en una clase de periodismo la exclusiva que iba a salir contra Cristina Cifuentes. Aunque prefiere que no trascienda su nombre, él mismo ha dicho al rector que es el origen de todas las filtraciones. Mandaba sus mensajes a sus colegas denunciando los 'chanchullos universitarios' con este emoticono:
Mediados de marzo. Fuenlabrada, Madrid. En un aula de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Rey Juan Carlos un espigado profesor con gafas está impartiendo una clase de Estructura Social Contemporánea. El hombre, de piel blanquecina y perfecta dicción, imparte una lección magistral sobre el significado del poder. Y no sólo abunda en la teoría. También plantea a sus alumnos de Periodismo un ejercicio práctico: que saquen sus móviles para leer la exclusiva que había dado esa mañana eldiario.es sobre el máster de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que habría obtenido en el centro de forma fraudulenta. «Yo soy la persona que está detrás de todo ello», les dice orgulloso. Toda una exhibición de poder. Los estudiantes le miran incrédulos. Y el maestro, para reivindicarse como el garganta profunda, les adelanta que en pocos minutos podrán ver una nueva noticia sobre el caso. Más poder. Los alumnos aplauden enfervorecidos. Así lo ha relatado él mismo a su entorno.
El profesor, también violonchelista, al que identificaremos sólo con una inicial, P., quería dejar constancia de que él era el director de esa orquesta que empezaba a sonar y que ha puesto en riesgo la carrera política de Cristina Cifuentes. Semanas antes, en un foro online universitario, había escrito a modo de profecía: «Se avecina una hecatombe de proporciones bíblicas». Una tormenta perfecta.
Bien lo sabía el docente. Ya tenía toda la información a su recaudo y sólo era cuestión de ordenar los pantallazos. De administrar los tiempos. De elegir el momento perfecto para cobrarse a su presa. Iniciaba su segunda gran cacería. En la primera se llevó por delante a un rector que terminaría siendo conocido como el rector plagiador.
Anticipó P. en un foro 'online' de universitarios el escándalo por el máster de Cifuentes
¿Por qué desvelaba P. su juego de poder a los alumnos y otros compañeros de Universidad? El profesor anticipó que una vez que estallase el escándalo no tardarían en salir personas colgándose la medalla para medrar en la Rey Juan Carlos o ganar para su partido la Comunidad de Madrid. Un botín inesperado a un año de las autonómicas. De ahí sus esfuerzos sin disimulo por reivindicar su obra. Incluso, según cuenta él, lo hizo ante el rector de la Universidad, Javier Ramos, quien le habría pedido negociar. Después dio la cara ante otros profesores, a los que comenzó a mandarles los links de las informaciones que desacreditaban el máster en Derecho Autonómico de Cifuentes junto a un emoticono de gafas y dientes prominentes. «Es lo que uso siempre para identificarme como el autor de la maldad. En la universidad ya todos saben que he sido yo», ha explicado estos días.
P. quería dejar claro que él había sido quien manejaba el timing y el que había decidido cómo se iba a desarrollar la operación Cifuentes en sintonía con su medio de confianza. Limpiar la universidad era ya su obsesión. Había empapelado su casa con un árbol de decisión: un esquema donde definía cada uno de sus pasos, los distintos escenarios, los posibles movimientos de sus rivales y sus contraataques. Su hoja de ruta para derribar a Cifuentes. «Ni el CNI, ni Atresmedia, ni Paco Marhuenda [también profesor de la URJC], ni Soraya Sáenz de Santamaría, ni Ignacio González han tenido nada que ver. No ha habido fuego amigo. No está Podemos ni el PSOE detrás. No es una operación política. He sido sólo yo. Cuando he dejado todo resuelto, se han sumado otros», ha dicho este militante del PSOE. Pero lo curioso es que su objetivo inicial no era Cifuentes. Y dice que tampoco será el último, pues en esta historia de venganzas, traiciones, mentiras y juegos de tronos universitarios le quedan aún muchas figuras por derribar.
En este relato también hay una fecha oficial. El 24 de julio de 2014. Ese día, la orden 2385/2014 del Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid recoge un cambio interno en la Universidad Rey Juan Carlos firmado por la entonces consejera de Educación, la popular Lucía Figar: la «extinción del grado en Sociología». La noticia no tiene eco mediático. Pero aquel BOCM sería el origen de los males de Cifuentes.
En aquel Boletín Oficial está la razón de ser de la vendetta de P., un profesor de Sociología que entonces se vio apartado de su materia. Según él, por la decisión de la Universidad de falsear los datos de alumnos matriculados para demostrar que el grado apenas tenía demanda. Y todo con el beneplácito de Lucía Figar, a quien P. llegaría a denunciar por prevaricación. Lo cierto es que se quedó sin poder dar su titulación y sus alumnos de Sociología, sin carrera. Él creyó, y aún cree, que la extinción del grado de Sociología fue el castigo de la dirección de la URJC por haber apoyado al candidato perdedor al rectorado. Se refiere al profesor de Estadística, David Ríos, aspirante a dirigir la Universidad que fue derrotado por Fernando Suárez.
Suárez había sido nombrado rector en funciones por Pedro González-Trevijano cuando éste accedió al Tribunal Constitucional. Era junio de 2013 y el primer escándalo no tardó en llegar. Justo tres días después de que Suárez convocase elecciones para ser la máxima autoridad de la URJC. Él pensaba que iba a ser un camino de rosas, pero trasciende que había sido imputado por amenazar cuando era vicerrector con «enterrar» al jefe del Departamento de Estadística si apoyaba a David Ríos, que se había presentado contra González-Trevijano. La conversación fue grabada por el profesor y se incorporaría a la querella. Aquella filtración a los medios no impediría que el rector noquease a Ríos. Según varios profesores veteranos de la Rey Juan Carlos, Suárez había tejido tal red clientelar que era invencible. Colocando en el campus a los familiares y amigos de profesores de la Universidad cuyos votos valían más en las elecciones.
En el fragor de aquella batalla sitúa el garganta profunda del caso Cifuentes la decisión de acabar con Sociología por venganza. Dice el profesor que se trató de laminar tanto a Ríos como al profesor de Estadística (redujeron el profesorado de su departamento) y a él mismo (le situaban detrás de las filtraciones a la prensa). «Suárez sabe que cuando me cerró el grado de Sociología por haber apoyado a Ríos él cavó su tumba», ha asegurado P. a su entorno sobre aquellos tiempos.
Detrás de aquella cacería, según su versión, también estaba González-Trevijano, ahora magistrado del Constitucional. El profesor ha dicho de él a su círculo que «sigue controlando esta Universidad corrupta como don Vito Corleone» y que desde que fue rector la utilizó para dar facilidades académicas a personas vinculadas al PP o colocar a sus familiares. Usó, según él, la URJC para medrar en los círculos populares porque quería ser ministro o miembro del Constitucional, como consiguió en 2013. Y ahora, el sociólogo ha explicado a su gente que está seguro de que Trevijano fue quien ayudó a a Cifuentes a obtener su máster de forma irregular en el que se matriculó en 2011 cuando él mandaba. «Es su padrino», ha dicho.
Una vez desaparecido el grado de Sociología, P. empezó su cruzada por destapar la «fosa séptica» de la Rey Juan Carlos. Cayese quien cayese. Por ello, pidió a funcionarios de confianza que luchasen por encontrar irregularidades.
Su sed de venganza era tan palpable que llegó a oídos de una facción del Opus Dei que quería destronar a Suárez, también vinculado a esta corriente religiosa. Suárez se había granjeado enemigos cuando fue nombrado por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, director del Anuario de Historia del Derecho sin ser, como regía la tradición, el catedrático más antiguo en el escalafón. También querían acabar con él porque había formado parte del tribunal que negó una plaza en la Complutense a un catedrático de Historia del Derecho con influencia dentro de esa facción. Fue este grupo de poder, según ha dicho P., quien puso al profesor sobre la pista de que Suárez había plagiado varios trabajos académicos. Y éste comenzó a verter señales en un blog del que era administrador. Empieza a dar pistas sobre los escritos que ha podido copiar y anima a otros profesores a colaborar en el striptease de su copy and paste. Se crea el comando Zorro, un grupo de personas que empieza a comparar texto por texto. Y a P. comienzan a llegarle sobres. Con trabajos de Suárez plagiados. El tema comienza a circular por la URJC y aflora en la prensa una semana después de que el rector Suárez hubiese aprobado un sistema antiplagios.
Se abre la veda y P. implica a más medios para que el asunto tenga repercusión nacional. Es cuando aparece una oleada de fusilamientos que demuestran que Suárez había plagiado en 10 de sus publicaciones y que, como desveló Crónica [«El plagio definitivo del rector copión», 24/12/2016], había contado con «un grupo de negros» que le había hecho el trabajo más sucio de reproducir literalmente párrafos de otros autores. Suárez se enroca en su cargo. Sabe que ha tejido tal red clientelar que nadie le va a echar de su cargo y que incluso convocando elecciones podría ganar, dado el mayor valor que tienen las votaciones de los profesores a los que ha brindado privilegios. Sin embargo, P. manda un mediador al consejero de Educación, Rafael Van Grieken, que había sido vicerrector. Eran ya tiempos de Cristina Cifuentes al frente de la Comunidad. Le dice que tenía «24 horas» para deshacerse de Suárez. «Si lo haces puedes poner al rector que quieras porque lo primero es salvar la imagen de la Universidad». Y Van Grieken acepta con el apoyo de Cifuentes, según fuentes universitarias. La Comunidad empuja a Suárez a convocar elecciones y a renunciar a su reelección. A cambio, pactan que su sucesor sea un afín. Suárez elige a Javier Ramos, uno de sus lugartenientes. Ahora son íntimos enemigos.
El 'caso Cifuentes'
Ese relevo pactado en el rectorado de la Rey Juan Carlos está en el origen del escándalo por el máster. El profesor P. siempre creyó que en la decisión de apostar «por la línea continuista» y no por un rector «de consenso y limpio» de cualquier mácula de corrupción» tuvo mucho que ver Cifuentes. «De ahí que el rector Javier Ramos le haya querido echar un cable a Cristina al principio», ha dicho P. Al ver el triunfo del rector Ramos, el profesor de Sociología dio orden a sus colaboradores de que entrasen en los sistemas y rastreasen todos los expedientes de los políticos que se habían sacado el título en la URJC.
Y a principios de este año le llamó uno de ellos anunciando caza mayor. La inmaculada presidenta de la Comunidad. Le informó de que se había sacado el máster en Derecho Autonómico de forma fraudulenta. «Si es verdad me cargo la Comunidad», le dijo el profesor que, meticuloso como nadie, le exigió pruebas documentales. Y a los pocos días le apareció con un pantallazo con datos de la intranet del centro que avalaba su hipótesis. Pero quería más. Necesitaba más pruebas, consciente de que si iba a disparar contra un elefante necesitaría munición de mayor calibre, y con la sospecha de que el engranaje de la URJC iba a defender a Cifuentes. Y le trajeron tres pantallazos más. Definitivos para tumbarla a su juicio.
Era cuestión de elaborar un planning sobre cómo y cuándo sacar la información. Decidió lanzarla cuando vio cómo Cifuentes se retrataba ante la comisión de investigación de la financiación irregular del PP como una política honesta. Le enervó tanto que no pudo aguantar más. El primer tiro contra Cifuentes fue difundir ese pantallazo que demostraba que le cambiaron dos notas de «No presentado» a «Notable» tres años después de matricularse en 2011 y sin mediar nueva matrícula. Lo hizo una funcionaria que no trabajaba en el servicio de posgrado ni en el mismo campus donde se impartía. Cuando la información fue publicada, P. reivindicó su autoría ante el rector, quien, según el relato del profesor, le ofreció negociar. No aceptó. «No tengo ninguna novia ni ningún hijo tonto a quien colocar», dijo.
"Ya no tengo más material contra Cristina... Ahora toca a los partidos hacer su trabajo"
También avisó de que todo iba en serio a su amigo Enrique Álvarez Conde, el director del máster que se ofreció a dar la cara por Cifuentes. Pero éste no le creyó y aceptó comparecer en una rueda de prensa pactada con la parte afectada defendiendo la honorabilidad de Cifuentes. Los responsables de la Universidad lo achacaron a una «mala transcripción en la introducción de las notas». A un error informático. Y ni rastro de su trabajo fin de máster.
Tras la rueda de prensa, P. telefoneó a Álvarez Conde avisándole de que al día siguiente tenía munición que les dejaría en ridículo. «Me ha dicho el rector que tú no puedes tener nada que contradiga nuestra versión», le dijo el director del máster. «Si quieres te mando los documentos originales antes de publicarlos», le desafió el profesor. Desconocía que su amigo tenía varios pantallazos que demostraban que Cifuentes cuatro meses después de «aprobarlo todo» en noviembre de 2012, según su versión, pagó 6,11 euros para poder presentar y defender el Trabajo Fin de Máster (TFM) que teóricamente ya tenía aprobado con un notable. Álvarez Conde entró en pánico. «¡Joder, he hecho el gilipollas!», le dijo a P.
Y después ya empezó a tocar el resto de integrantes de la orquesta. El Titanic cifuentino hacía agua. Y se abrían nuevos frentes: los partidos exigían responsabilidades, compañeros de máster de Cifuentes aireaban que nunca habían visto en clase a la entonces delegada del Gobierno en Madrid... También aparecieron una serie de informaciones que permitían sospechar por qué la Universidad estaba protegiendo a Cifuentes. «El profesor del máster falsificado de Cifuentes fue colocado por el PP»; «El director del máster de Cifuentes fue alto cargo de Rajoy» y «La universidad que regaló un máster a Cifuentes contrató como profesora a su hermana de manera ilegal» fueron algunos de los titulares publicados.
Al profesor se le acercaron emisarios del PP, de Podemos y del PSOE, por orden de Pedro Sánchez. Unos para informarse, otros para sacar rédito político. A los socialistas les transmitió que él podía tener carné (se afilió con la llegada de Sánchez a Ferraz en 2014, al cual ha defendido en las últimas primarias socialistas frente a Susana Díaz), pero que también había corruptos socialistas en el campus. Por eso, ha asegurado que tiene preparada su carta de baja, aunque el PSOE le ha pedido que aguante. También les dijo que era partidario de una moción de censura pero manteniendo a un político popular. Y les reprochó que él había hecho «más en 72 horas por limpiar la URJC que ellos en 20 años».
A pesar de las evidencias, Cifuentes se aferró al sillón. En la mañana de su comparecencia, El Confidencial se sumó a la causa explicando que el documento que utilizó la presidenta para tratar de demostrar que completó su máster fue fabricado unas horas después de que estallara el escándalo y que dos de las firmas de las tres profesoras que figuran en la supuesta acta del tribunal del TFM fueron falsificadas. «Alguna de las firmantes del acta falsa acabará cantando por consejo de su abogado para evitar el delito de falsedad documental», pronosticó P.
Su profecía se cumplió un día después de que Cifuentes insistiese en su honorabilidad en la Asamblea de Madrid. Una de las profesoras dijo que no había firmado esa acta. Era el aparente fin de Cifuentes. Pero la presidenta decidió resistir. «He demostrado que con tres pantallazos se puede hundir una Comunidad. Ya he conseguido acreditar que todo es un chanchullo y que debe dimitir. Ya no tengo más material contra Cristina...Ahora toca a los partidos hacer su trabajo. Yo ya lo he dejado todo acreditado, todo resuelto», dijo P. el pasado miércoles. El PSOE ya ha activado la maquinaria.
"Se avecina una hecatombe de dimensiones bíblicas"
Mientras tanto, P. amenaza con seguir levantando alfombras en la URJC donde, según su entorno, existe un sistema para falsificar TFM. «El registro de entrada está en la red; ellos quitan internet, cambian la fecha del ordenador, reactivan internet y ponen la fecha que necesitan en el documento», aseguran desde la URJC. El sociólogo también quiere destapar a otros políticos. Cambiar al rector y si no, que cierren la URJC. «Fraccionarla por campus y adscribirlos a otras universidades, pero eso dependería de la Comunidad». También quiere desmontar toda la red clientelar ideada por Trevijano, acabar con los profesores corruptos («en esta historia, los que han ayudado a Cifuentes desde dentro de la Universidad son más corruptos que ella») y sobrevivir a la caza de brujas que les espera a él y a sus colaboradores. Una orquesta que promete no dejar de sonar.
El viernes, el profesor P. lanzaba a sus conocidos un último mensaje: "Mi trabajo en este asunto ya ha terminado. Jaque mate. En poco tiempo..."
El resumen seriatambién estaba González-Trevijano, ahora magistrado del Constitucional. El profesor ha dicho de él a su círculo que «sigue controlando esta Universidad corrupta como don Vito Corleone» y que desde que fue rector la utilizó para dar facilidades académicas a personas vinculadas al PP o colocar a sus familiares. Usó, según él, la URJC para medrar en los círculos populares porque quería ser ministro o miembro del Constitucional, como consiguió en 2013. Y ahora, el sociólogo ha explicado a su gente que está seguro de que Trevijano fue quien ayudó a a Cifuentes a obtener su máster de forma irregular en el que se matriculó en 2011 cuando él mandaba. «Es su padrino», ha dicho.
, P. amenaza con seguir levantando alfombras en la URJC donde, según su entorno, existe un sistema para falsificar TFM. «El registro de entrada está en la red; ellos quitan internet, cambian la fecha del ordenador, reactivan internet y ponen la fecha que necesitan en el documento», aseguran desde la URJC. El sociólogo también quiere destapar a otros políticos.
Han sido los profesores de la universidad
Y el resto vamos , lo q se sabia.
La urjc es un pozo de mierda donde hay una red clientelar para amigos y afines de cierto espectro politico, con un miembro del tribunal constitucional ( hola catalunya ) gravemente implicado.
Circulen.. q aqui no ha pasado nada
jorcoval escribió:Lo que me jode de estas cosas es que alguno acaba contando lo que pasa no por justicia, no porque se deben a la legalidad y al centro... no... lo hacen por despecho, porque todos mojaban menos yo, porque me quitaron "lo mío" o porque son "los otros"
Findeton escribió:jorcoval escribió:Lo que me jode de estas cosas es que alguno acaba contando lo que pasa no por justicia, no porque se deben a la legalidad y al centro... no... lo hacen por despecho, porque todos mojaban menos yo, porque me quitaron "lo mío" o porque son "los otros"
Lo que le jode a la gente es que este es un ejemplo de gente que manda en instituciones públicas y que en vez de trabajar por el bien público, trabaja por su propio bien, buscando su beneficio individual.
Bien, pues, noticia: la gente busca su bien individual. Por eso hay corrupción en los organismos públicos. Siento desengañaros.
Nótese que aunque la universidad fuera privada, el derecho a otorgar títulos universitarios proviene del Estado.
jorcoval escribió:Findeton escribió:jorcoval escribió:Lo que me jode de estas cosas es que alguno acaba contando lo que pasa no por justicia, no porque se deben a la legalidad y al centro... no... lo hacen por despecho, porque todos mojaban menos yo, porque me quitaron "lo mío" o porque son "los otros"
Lo que le jode a la gente es que este es un ejemplo de gente que manda en instituciones públicas y que en vez de trabajar por el bien público, trabaja por su propio bien, buscando su beneficio individual.
Bien, pues, noticia: la gente busca su bien individual. Por eso hay corrupción en los organismos públicos. Siento desengañaros.
Nótese que aunque la universidad fuera privada, el derecho a otorgar títulos universitarios proviene del Estado.
Y qué? Todos buscamos el bien individual, pero no todos somos corruptos.
Findeton escribió:jorcoval escribió:Lo que me jode de estas cosas es que alguno acaba contando lo que pasa no por justicia, no porque se deben a la legalidad y al centro... no... lo hacen por despecho, porque todos mojaban menos yo, porque me quitaron "lo mío" o porque son "los otros"
Lo que le jode a la gente es que este es un ejemplo de gente que manda en instituciones públicas y que en vez de trabajar por el bien público, trabaja por su propio bien, buscando su beneficio individual.
Bien, pues, noticia: la gente busca su bien individual. Por eso hay corrupción en los organismos públicos. Siento desengañaros.
Nótese que aunque la universidad fuera privada, el derecho a otorgar títulos universitarios proviene del Estado.
Overdrack escribió:Ciudadanos es un partido sin principios. Son una veleta que cambia de dirección según sopla el viento. Por eso hacen cosas como esta y por eso, cuando les votas, no sabes dónde puede acabar tu voto.
https://www.eldiario.es/politica/Ciudad ... 74626.html
pampero21 escribió:Ciudadanos nos ha defraudado a todos.
Me parece lamentable por parte del PSOE que intentara un acuerdo en la generales antes con Ciudadanos que con Podemos.
Ahora les ha estallado la bomba en la cara. Corrupción en España y en Madrid (que ríete de Andalucía o Valencia).
EN fin.
Spaicy escribió:Osea ahora la historia es que ostias he falsificado un master pero la culpa es del PSOE por haberlo destapado?
Spaicy escribió:Osea ahora la historia es que ostias he falsificado un master pero la culpa es del PSOE por haberlo destapado?
Olorin99 escribió:Spaicy escribió:Osea ahora la historia es que ostias he falsificado un master pero la culpa es del PSOE por haberlo destapado?
No, la historia es que ella ha hecho su master con todas las de la ley, y han urdido una trama criminal en su contra para parecer que no lo ha hecho y lo ha falsificado
Overdrack escribió:Esto es cuenta oficial ya que se ve el stick azul.
https://twitter.com/ppmadrid/status/982 ... 90400?s=20
Overdrack escribió:Esto es cuenta oficial ya que se ve el stick azul.
https://twitter.com/ppmadrid/status/982 ... 90400?s=20