Si un juego no requiere periféricos concretos (pistola, volante, guitarra, etc) me quedo con un mando tradicional y juego cómodamente desde la cama/sofá/sillón o cualquier sitio blandito en el que pueda retorcerme. El sensor de movimiento me da mucha pereza en Wii, nunca lo uso en Ps3 (espero seguir evitándolo siempre que pueda) y lo veo una estupidez en xbox360. Si alguien cree que con esto, por ejemplo, va a jugar mejor a juegos como forza, es posible que se lleve una decepción descubriendo nuevas dificultades, como la de no tener límites físicos (un stick chocando contra el borde de plástico) y desconocer el grado de giro que estás ejerciendo.