Acabo de ver
Nosferatu, proyectada para celebrar su centenario. Ha sido restaurada en alta definición, con música regrabada a partir de la partitura original. Esta nueva restauración de hora y media no es una remasterización como tal, porque la película no fue tratada para eliminar suciedad, quemaduras e imperfecciones varias al 100%. Se sigue viendo como imágen deteriorada. La película tiene muchos momentos donde la escena se ve más oscura o con mayor contraste que el resto, debido a que la cinta original fue restaurada a partir de restos. Las cintas originales fueron mandadas a destruír por la viuda de Bram Stoker y algunas sobrevivieron hasta nuestros días.
Como película de terror funciona a ratos, y en otros parece muy cómica. Tiene cinco actos, y en mi caso empezó a dar un poco de sueño a la mitad. La música ayuda mucho a que el visionado sea más llevadero, coincidiendo en tres ocasiones con lo visto en pantalla (en forma de efectos de sonido, digamos), y para el resto una melodía que pega mucho con el tono general.
Ha sido una experiencia positiva como puede ser irte a un museo, pero no la volveré a ver.
Como cada año, nuestro teatro local proyecta películas de culto. Ésta temporada me resulta mucho más interesante que las anteriores, golpeadas también por el covid, donde próximamente podremos ver
Lamb y
Compartimento Nº 6. Además del documental sobre David Bowie y algunas otras. Es una buena forma de ver cine un poco más adulto sin tener que ir a Barcelona.