De pequeño era conocido en mi familia por el limitado rango de alimentos que me gustaban y consideraba la comida como una mera necesidad. De hecho, recuerdo perfectamente ser un adolescente y pensar que ojalá no hubiese que comer.
Algo debió de cambiar en mí (¿me hice eoliano?) porque ahora me gusta prácticamente de todo y me encanta probar cosas nuevas, lo que me trae problemas a la hora de comprar en el supermercado, elegir menú en un restaurante o evitar comerme las palomas muertas que veo por la calle. He leído todos vuestros comentarios y, después de agradecer a Jesucristo no ser como la mayoría de vosotros, he hecho una lista de cosas en las que coincidimos:
- Apio. Meh.
@rampopo, lo raro sería que te gustara.
- Casquería (por asquito, no por sabor).
- Remolacha. Sabe a tierra.
Y ya.
Cuando vivía en Japón, una de las primeras expresiones que aprendí a decir era: "¿esto tiene jengibre?". Detestaba su sabor a colonia y me arruinaba los platos aunque estuviese en cantidades microscópicas. Y lo mismo con el cilantro, que me sabía al sudor de Don Limpio. Hoy en día solo puedo decir que tengo de los dos en mi nevera y me gusta incluirlos en su justa medida en platos asiáticos (y el cilantro también en el guacamole, por supuesto). A lo mejor la clave ha sido ir introduciéndolos en dosis muy bajas. ¡Para que luego digan que la homeopatía no funciona!
jorcoval escribió:Me gusta todo.
Puedo comer lentejas, puchero, alubias, pescado crudo, verduras de todo tipo, riñones, hígado, arroces, pastas, todo tipo de carne aunque prácticamente solo como ave (pollo, pavo ...)
Tengo la particularidad que la cocina bien hecha me gusta pero si tengo que estar un mes a base de arroz y pechuga a la plancha, me gusta igual y no me canso.
Eso sí, en los últimos años he reducido el consumo de carnes muchísimo, pero más por conciencia que por disgusto.
Yo soy como tú, incluyendo que no me canso de comer lo mismo. Me da muchísima pereza cocinar durante una hora, dejar la cocina como el desembarco de Normandía y tener que limpiarla a fondo, así que intento preparar cantidades gigantiásicas de todo y congelarlo o ir comiéndomelo durante la semana si incluye alimentos que no se congelan bien. Me pasa mucho con arroces, guisos y fajitas. Ayer mismo hice cookies y multipliqué por tres las cantidades de la receta, por lo que dispongo de más de un kilo de bombas de diabetes que voy a congelar para evitar comérmelas todas en tres días
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Metempsicosis escribió:de hortalizas solo tolero las patatas, boniatos, berenjenas y zanahorias. Las espinacas las soporto si están camufladas con mucho queso. Los guisantes no me entusiasman, pero puedo hacer un esfuerzo.
¿Patatas? ¿Boniatos? ¿Guisantes? ¡Ajá! ¡Tú usas el truco de hablar de
hortalizas en lugar de
verduras para que parezca que comes algo sano! Eso es como decir que te gustan mucho los vegetales y que luego tu dieta se base en Donuts y Panteras Rosas.
PD. En cuanto a bebidas me pasa al revés, solo que tengo la suerte de que lo único que me gusta es la opción sana: el 99% del tiempo bebo agua y solo pido una Coca-Cola o una cerveza con limón (porque las cervezas normales no son lo mío) en circunstancias excepcionales, como cuando voy de tapas con los Reyes de España. No tomo licores, vino o café porque solo gustan a la gente cutre y de mal vivir.