La profesión de carbonero era en tiempos la más baja de la escala social. El chaval no tenía conciencia de la importancia del carbón en una casa sino que era el material de trabajo de ese tipo tiznado que aparecía de vez en cuando para descargar los sacos en la carbonera. Amenazar con carbón era hacerlo con lo menos "glamuroso" que te podías echar a la cara.