Recordando algun post mio por ahí con los amigos, resulta que tengo pendiente de contar una anécdota de esas que gustan de ser leídas...
(Viene de
AQUI )
Madrid, hace como 6 años. Cumpleaños de una amiga de mi novia.
Weboy, patoso como él mismo, no había pisado una discoteca en la vida. Sus fines de semana se debatían entre videojuegos, cine, algo de rol, burgerkines y garitos canijos de musica heavy.
Ante tal acontecimiento, y sabedor de la pijez que reina entre las amigas de mi novia, me arreglo en condiciones, esperando ir a alguna discoteca "cool" madrileña, de las que van los famosos.
En lugar de eso, nos plantamos en un zurullo descomunal, así salga ardiendo y rehabiliten el local en mamporrería o algo que sea menester. Discoteca "Fashion", en Tribunal.
Mucha gente, mucha música, mucha garrafa, gogós con aires de superioridad, niñatas tratando de parecerse a las gogós... Y un Madrid-Barcelona en la pantalla gigante.
Despues de meterme al cuerpo un par de Malibús con piña (ya, bebida de nenas, pero era la única botella cerrada que tenían, asi me semi-aseguraba beber algo de verdad) me dispongo a hacer el subnormal como suele ser habitual en mí: Emulando a John Rambo, me desanudo la corbata y me la ato en la cabeza. Si, como esos borrachos que veis en las fiestas de Nochevieja.
Mientras bailo con la corbata zarandeandose al son de mi cabeza, acercóseme un ejemplar de
bakalis malotus y me pide que le preste la corbata para hacer el tonto también con sus colegas. Accedo, y efectivamente el chaval se pone a hacer el mongol con sus amigos. Al cabo de un rato pierdo de vista al chaval, ya volverá.
Cuando nos disponemos a marcharnos antes de que acabara el partido, localizo al chaval y me acerco a pedirle la corbata; me dice que la ha perdido. Con las orejas gachas retorno ante mi chica, que entra en modo Berserk y suelta un:
-"Voy a ir yo a pedírsela, a ver si tiene huevos a decirme lo mismo."
(Si, reiros, mofaos de mí, pero mi chica tiene mas bemoles que el que escribe esto.)
Ante el olorcillo a inminente movida, decido ir yo a zanjar el asunto, no vaya a ser que la primera galleta se la lleve mi chica, cosa que no me haría ninguna gracia.
-"Mira tio, dame ya la corbata que tenemos que irnos"
-"Que te he dicho que no la tengo"
-"Deja de hacer el moñas y damela, que sé que la tienes"
Me coge de la camisa y me dice "Tu que quieres, que te suelte una hostia?"
A continuación, Weboy, cuan Neo en Matrix, suelta una frase que aún resuena en las orejas de cuantos la oyeron, frase que sus colegas le recuerdan (para cachondeo de todos):
-"Tú y cuantos más?"
Dicho esto, compruebo que, efectivamente, hay unos cuantos mas, y un segundo despues mi careto recibía lo que yo bautizo como "el puño de Dios": un certero puño, un directo a la nariz que ni la famosa
Lady Punch podría igualar.
Tras casi perder la consciencia, me digo "Que cojones, si la movida ya ha saltado, por lo menos tendré que repartir algo de leña, no quiero que me recuerden como el que pilló mucho y no dio nada", y realizo una nueva aproximación, con el mismo resultado: tal cual voy, reboto contra el mismo puño.
Cuando logro abrir los ojos, cegado por las luces, las lágrimas y el dolor, me veo sujeto por un tío a cada lado, de tal manera que no me puedo mover, y veo una mole de 2 metros, ancha y con melenas, que se dispone a encajarme el golpe de gracia...
Es justo en ese momento cuando la acción se detiene, puesto que el hercúleo chaval comienza a sacudirse: mi novia se ha encaramado de un salto a la espalda del muro humano, y cuelga de su cuello intentando ¿"ahogarle"?.
Despues de la cara (
) de estupefacción mía y de los que me retienen, el bigardo logra zafarse de mi novia, que cae al suelo, pero desde abajo comienza el verdadero ataque: con unas botas con unos tacones monstruosos, se dedica a la busca y captura de testículos enemigos, realizando una criba tal que en apenas 1 minuto ha ahuyentado a los agresores.
Salvado por mi novia, señoras y señores. Le debo mucho a esa chiquilla...
Justo en ese momento aparecen los de "seguridad" de la discoteca, que me cogen y me llevan a un cuarto oscuro, y violentamente me preguntan que qué cojones estoy haciendo. El gorila rumano, mas avispado que su compañero ecuatoriano, ve que sangro como un cerdo en San Martín, y me "escolta" a los baños masculinos, acompañado por mi novia.
Una vez dentro, el panorama era digno de foto: Yo, con mi traje negro y mi camisa blanca, empapado en sangre, la cara echa un monstruo, mis gafas missing, mi corbata idem. Los pobres meantes que allí se hallaban salían inmediatamente...
Y yo no tengo otra cosa que hacer que echar aire por la nariz con todas mis fuerzas, ya que tenía un taponazo de sangre brutal. Ya que los seguratas no han actuado a tiempo, por lo menos las de la limpieza se acordarían de mi a la mañana siguiente.
En la puerta de la discoteca, un coche patrulla me toma declaración y un SAMUR me realiza un chequeo. El barbas de la ambulancia me dice "Bueno, si no ha habido desvanecimiento, no puede haber fractura, asi que no te podemos llevar a ningun sitio; si quieres, acercate al Clínico andando, que está a 15 minutos"
Llego al Clínico, y los de Urgencias me sacan unas radiografías. Diagnóstico: Triple fractura de tabique nasal y del puente. Si llego a fiarme del SAMUR, me voy a casa con un puzzle por nariz.
Al final, mi nariz ha quedado algo desviada al sellar, parezco un boxeador, y hago ruidos al respirar por las noches.
La pena de la historia, es que esa pelea, en la que no logré dar ni una miserable tollina, en lugar de haber sido un 2 vs. 5, podría haber sido mucho más favorable, puesto que al día siguiente comentandolo con unos amigos, me dijeron:
-"Anda, no me digas que el de la pelea fuiste tú! Si estábamos todos nosotros allí viendo el partido! Si llegamos a saberlo te echamos una mano..."
El destino se burló en mi cara, pero al final recuperé mi jodida corbata