El anime, sin duda. No ha habido muchos casos en los que me gustó más el anime habiéndolo visto tras leer el manga, y éste es uno de ellos (sí hay unos cuantos casos en los que me gustó más el anime habiéndolo visto antes que el manga). La manera en la que juegan con los colores, la impresionante BSO o incluso las escenas que añaden (ese capítulo 25) hacen que me parezca bastante mejor que el manga. Consiguió engancharme a pesar de saber todo lo que iba a pasar, y eso tiene mérito.