Navego en un mar de inacción sobrevenida cubierto de formularios donde habita un ente, no es culpa mía, las personas no saben relacionarse con este ente y acuden a mí, yo lo he estudiado, lo he tratado, lo he combatido y aún así sigo sin conocerlo bien, mis herramientas, mis armas son las mismas que las tuyas, aún así acuden a mí, no soy un mercenario al uso, puesto que me muevo poco de esta barca que es mi mesa, me llevo pocos emolumentos para el bien que hago a ciertas personas, menos mal que mi profesión está reglada y no me encuentro solo, aunque a veces mis compañeros mercenarios me traicionen o me ponga más de una zancadilla.