El tío estaba claro que iba encocado hasta las cejas. Por muy gracioso que sea y el programa sea distendido, no se va al programa a presentar un disco suyo en ese plan, con intervenciones inconexas a cada rato y diciendo chorradas sin mayor gracia alguna que las caras que pone cuando las dice.
Cuando habla de su disco y de Paco de Lucía se pone serio, si; por respeto y cariño, pero vamos que enconcado estaba, y bastante.
Tampoco es que haya visto a este tío mucho en la tele, pero las veces que le he visto siempre guarda la compostura, manteniendo esa figura de eminencia gitana artística de carácter místico, y el programa del Motos es una payasada ambulante, pero es que al Cigala se le ve como un toro saliendo de toriles desde el primer momento que sale en pantalla.
A mi me sorprende verle así, es más, diría que lo visto sería más propio de un imbécil como Antonio Canales, que de él.