Y la gente me puso de canalla para arriba cuando me cagué en la política de reclutamiento actual. Lo importante es contar gorras, parece.
Dos jóvenes españoles aspirantes a soldado alumno de la
Escuela de Técnicas de Seguridad, Defensa y Apoyo (Etesda) de Zaragoza
pidieron voluntariamente la baja en el Ejército tras recibir una paliza
por parte de un grupo de quince compañeros de origen hispanoamericano
«que alardeaban de pertenecer a la banda de los Latin King y que
exhibían con orgullo sus tatuajes jerárquicos». Así lo relata José Javier Ortega, uno de los dos jóvenes
zaragozanos víctima de este caso de «mobbing» dentro del Ejército, un
suceso que enlaza de forma directa con uno de los mayores desafíos a
los que hace frente la institución, la integración entre soldados de
diferentes nacionalidades. «Sobre su pertenencia al Ejército del Aire,
aseguran que están en él para conseguir la nacionalidad española y que
en caso de conflicto con sus respectivos países desertarían y se
pondrían del lado de los suyos», relata el joven.
Los hechos sucedieron justo antes de la medianoche del
pasado 24 de enero, cuando el joven aspirante a soldado alumno de la
Etesda y otro compañero, también zaragozano, acudieron al cuartel tras
dar un paseo por la ciudad. «Llevaban días provocándonos, insultándonos
y amedrentándonos sin que nadie les apercibiera de ello. Nos decían que
éramos racistas. Ésa era la excusa que se buscaron para agredirnos».
Según el relato de José Javier Ortega, quien recibió la
mayor parte de los golpes, «los agresores no ocultan su filiación a las
bandas de los Latin King, tienen tatuajes alardeando de que son reyes
latinos».
«Puñetazos y patadas»
El otro joven español, que prefiere no revelar su
identidad, intervino para defender a su compañero. «Recibimos
puñetazos, patadas... No me merecen ningún respeto, ni tampoco miedo».
Ataviados con el uniforme militar, los agresores (la
mayoría de origen ecuatoriano, también había alguno procedente de
Colombia y algún español con origen en Canarias) pertenecen al ciclo de
Formación Específica Fores, futuros policías aéreos. Sus víctimas
pertenecían al ciclo de Formación General Militar Forgem, también de la
Etesda, centro de formación del Ejército del Aire cuyas enseñanzas
están relacionadas con la seguridad de bases aéreas e instalaciones, la
defensa aérea basada en tierra, la defensa terrestre y el apoyo a las
operaciones aéreas.
Desde el Ejército del Aire confirmaron los hechos,
aunque aclararon que «los jóvenes agredidos habían protagonizado
anteriormente algún altercado y habían sido sancionados por ello».
Además, definieron la trifulca como «un pequeño
enfrentamiento» propio de «un ambiente tenso que se vivía entre dos
grupos que no se llevan bien». También negaron cualquier tipo de acoso
o situación de persecución por parte de ninguno de los soldados a los
jóvenes agredidos.
Según confirmaron fuentes cercanas al caso, los
agresores son conocidos en ese centro de formación perteneciente al
Ejército del Aire por sus comportamientos agresivos y racistas contra
los españoles. «Uno de los agresores, además de presentar en su cabeza
diversas señales fruto de peleas callejeras, lleva tatuado en el dorso
de sus manos, a la altura de los dedos, las palabras «latin king»,
tatuaje que luce sin reparo alguno y que se le debió pasar por alto al
facultativo de Defensa que le hizo el reconocimiento médico antes de su
incorporación a filas». Tras la reyerta, en la que tuvo que intervenir un
sargento para separar a los jóvenes de entre 19 y 21 años, los dos
soldados españoles y otros dos hispanoamericanos hicieron frente a un
arresto de catorce días en la habitación. «Sólo detuvieron a dos de
ellos cuando algunos mandos vieron que eran más», destaca uno de los
reclutas agredidos.
El suceso culminó con la baja voluntaria de los dos
aspirantes a soldado españoles a los que, según su versión, sus mandos
les conminaron a no denunciar lo sucedido. Como resultado de la pelea,
José Javier Ortega presentó diversos hematomas corporales fruto de las
patadas y puñetazos que recibió.
Su amigo apenas sufrió lesiones. «Nos mandaron al médico del Ejército; hizo un parte de lesiones, que se quedó».
Estos señores se pasan el día rodeados de armas de fuego, y conociendo la superseguridad de muchos cuarteles, sabe Dios lo que están sacando. Está claro que los españoles no son unos angelitos (dicen que ya tenían antecedentes de peleas), pero el comportamiento de los mandos me pone la piel de gallina.
Me voy a preguntar a la familia qué ha pasado, y de paso abandono el hilo a An0n1m0 y Lady antes de que estalle.