Cuando lo leía me acordé de un socio que tenía mi padre, el tío era una mala bestia, deportista, artes marciales, etc. Aparte que estaba muy seguro de sí mismo, tal vez demasiado.
Un mal día, conduciendo, se cruzó con un grupo de mecánicos y se picaron...(algo como muy adulto sí). La cosa debió ser seria porque terminaron parando y el hombre, sin pensarlo, se bajó a darles jarabe de palo. Pero el plan no le salió del todo bien y uno, por la espalda, le arreó con una barra de hierro, tumbándole para acabar rematando la faena de una paliza.
Sí, eran unos cobardes, hijos de su puta madre, y creo que todavía andaban de juicios. Pero ellos están vivos, el socio de mi padre no puede decir lo mismo.
Lo curioso e inquietante es que estos mecánicos no eran digamos balas perdidas, no eran delicuentes por así decirlo. Pero fíjate cómo terminó la cosa aquel día, una persona muerta molida a palos y tres familias destrozadas.
Con esto quiero decir que has hecho mal, pero nunca sabes cómo va a reaccionar un ser humano y entre correr o quedarse tumbado en la calle desangrándose como un cerdo, hay una gran diferencia.