Además eso que tanto se insiste en llamar embajadas son oficinas que tienen por objetivo captar inversores extranjeros para la comunidad autónoma y también para promocionar su actividad económica, turística y cultural. Prácticamente todas las autonomías tienen oficinas de estas características en el extranjero, y el País Vasco es de las que más tiene, por ejemplo, pero de algún modo sólo las catalanas causan polémica. Se critican propuestas del gobierno catalán que han hecho otras autonomías sin ser criticadas sólo por ser catalanes, y luego nos extrañamos de que eso genere repulsa en Cataluña hacia el gobierno y medios españoles. Lo único que hacen es recoger lo que siembran.