lorillo escribió:Darxen escribió:ofrece la tradicional comida japonesa sushi sobre el cuerpo desnudo de hombres y mujeres
consideraban que esta práctica atenta "contra la dignidad de la mujer"
entonces, a ver si me entero... si es un hombre el que esta haciendo de mesa, no pasa nada. pero si es una mujer, atenta contra su dignidad. huele a feminazis que tira patras.
feminazismo?noooo q es eso?eso no existe, las tias entrar gratis a las disco no pasa nada, hombres a pagar, una autoescuela les cobra mas a ellas, periodico, tv y la autoescuela tiene que cambiarlo, esa es la igualdad en España
Por no hablar de los anuncios machistas (véase el típico anuncio de coches donde siempre, SIEMPRE, sale el tío conduciendo y la mujer haciendo de florero en el asiento del copiloto o los anuncios de productos de limpieza donde sale la típica maruja), las series y películas machistas (las yankis casi todas lo son), que a una mujer le paguen menos por el mismo trabajo, que en la calle siempre ves al hombre conduciendo el coche en lugar de la mujer, que muy pocas o muy poquitas se saquen permisos de moto, camión o autobus, que a penas se vean hombres haciendo trabajos de cajeros, recepcionistas, "azafatos", que muy pocas mujeres trabajan en la construcción o a bordo de un barco, que si nace niña la vestimos de rosa y le hacemos los agujeros de los pendientes (aunque luego de mayor no los ponga nunca), que si nace niño lo vestimos de azul …
Son tantas cosas que me darían para hacer una enciclopedia. Vale, no está la cosa como hace 30 años pero aún queda un camino muy largo para llegar hasta la igualdad.
Y con respecto a la noticia, la práctica esa del sushi efectivamente se puede hacer tanto sobre hombres como mujeres, pero qué casualidad que en las imágenes que se publicaron sólo salían mujeres, oigan. Habría que preguntarle al dueño del restaurante si sólo emplea a mujeres para ese "novedoso" servicio.
Por supuesto estoy a favor de que cada uno con su cuerpo haga lo que quiera, pero esa imagen de vender a una persona (una mujer, seamos sinceros) como si fuera un objeto, no me termina de gustar.