Continuamente.
La diferencia está en quien lo practica.
A nivel privado, puede sentar mejor o peor, pero tiene un pase. Conozco gente que ha estado cobrando sueldazos por hacer cualquier tontería gracias a tener contactos, funcionarios de carrera en su momento puestos a dedo por ser de un pueblo determinado y conocer a un pez gordo
![embarazoso :o](/images/smilies/redface.gif)
. ¿Ejemplo real y reciente?, conozco uno que por meter cartas en sobres (ensobrar) y a media jornada ganaba 1.600 euros limpios al mes en su primer trabajo. Tócate los cojones
![sonrisa de compromiso :-|](/images/smilies/rolleyes.gif)
. Ahí queda. Pero oye, que cada uno haga lo que quiera con su negocio-empresa, eso es una cuestión que atañe a quien corresponda, pero salvo el agravio comparativo (joder, sí, escuece no ser agraciado con la misma suerte, no soy estúpido
![sonrisa de compromiso :-|](/images/smilies/rolleyes.gif)
), me debe de importar tres cojones, por supervivencia mental.
A nivel público la cosa cambia mucho. Es más, me parece inadmisible. Estricta igualdad, mérito y capacidad si hablamos de empleados públicos. Tanta libre designación, concurso-oposición con méritos tan peculiares, tanto personal eventual, consejero, cargo duplicado, sueldazo sin justificar, pagado con el sudor de los que cotizamos y pagamos impuestos religiosamente casi como siervos de la gleba, me provoca ganas de pasar por cuchillo a toda la clase política. Es una falta de ética atroz.
A nivel privado: jode, pero toca tragar.
A nivel público: jode más y no tengo que tragar, aunque en la práctica tragas. Y vaya sí tragas.