LadyStarlight escribió:Tú lo has dicho, accidente. Un accidente no es algo que ocurre por voluntad de nadie, y por lo tanto no crea tanta alarma social como tener a un montón de asesinos sueltos. Por eso eliminar el terrorismo es una preocupación más fuerte que los accidentes laborales.
Muchos accidentes laborales son evitables, bastaría con cumplir rigurosamente con las normativas de seguridad. Pero el hecho de que no sean muertes provocadas directamente, no quiere decir que el empresario no tenga la culpa la mayor parte de las veces. Del mismo modo, no es lo mismo un desgraciado accidente de tráfico que uno provocado como el payaso del todoterreno que el sábado se ha cargado a nueve finlandeses. No son muertes provocadas con una total intencionalidad, pero no dejan de ser muertes que se podrían haber evitado.
LadyStarlight escribió:Además, el problema no son sólo las víctimas mortales. El problema de la violencia doméstica (y meto aquí a las víctimas mujeres, hombres, niños, ancianos, padres...) es que mientras que muertes hay menos de cien al año, gente que esté en situación límite durante años puede haber a miles.
El maltrato dentro de las casas es un problema gravísimo, y no se puede minimizar porque haya pocos muertos. Lo que está haciendo mal este gobierno es atender sólo a un sector. Es inadmisible que se permita que una mujer autolesionada tenga más bombo que un pobre crío maltratado por sus padres, que tenga que llegar en coma al hospital para ser separado de ellos.
¿Y qué esperabas de la política de este país? Raro es el partido que no ataca fundamentalmente a las cosas que por moda o por lo que sea destacan en la televisión. Si tienes algún problema que no tenga repercusión, vete preparándote para reclamarle al maestro armero.
LadyStarlight escribió:¿Que los accidentes laborales es un problema grave también? No lo discuto, y yo personalmente aplaudiría cualquier medida que metiera en la cárcel a cualquier empresario que incumpla las normas de seguridad. Pero hay accidentes que no se pueden evitar, desgraciadamente, porque no siempre las medidas de seguridad funcionan. Sin embargo, cualquier maltrato en el ámbito doméstico sí es evitable, y por eso nos toca, como debe ser, la conciencia.
Pero esa conciencia no puede degenerar en el circo en que ha degenerado. ¿Crees que hay derecho a que a uno le metan en la cárcel "de manera preventiva" ante una denuncia, y que luego te den unas palmaditas en la espalda si resulta que la denuncia era falsa? Pues lo que pasa ahora es que si me pasa eso, el sambenito ya no me lo quita nadie, y la golfa de turno probablemente se irá de rositas. Además, también está el tema que apunté antes: hay servicios sociales que se van a la porra sin una cuota de mujeres maltratadas. Es verdaderamente monstruoso que las personas que mantienen esos servicios traten de conseguir clientela como sea.
LadyStarlight escribió:En cuanto a la noticia, había algo raro desde el principio. Algunos medios dijeron que la mujer había sido apuñalada, sin embargo, otros hablaban de que la habían agredido con un cutter. Yo, francamente, si voy a matar a alguien, no me llevo un cutter, no sé vosotros.
Gracias a esta presunta hija de puta habrá mucha gente que justifique otros maltratos y que deje de creer a otras mujeres que sí sean víctimas verdaderas. Si queremos defender a las víctimas, habría que actuar contra las que ponen falsas denuncias con la misma contundencia que se actúa contra los maltratadores.
Ahí está uno de los problemas clave. Como conté antes, la policía y los jueces están literalmente hartos de lidiar con falsas denuncias. Repasemos el enlace que puse antes:
Denuncias presentadas en el 1º trimestre de 2006: 37.504. De ellas:
- 15.364 (41%) continúan en trámite.
- 13.072 (35%) sobreseídas.
- 4.062 (11%) remitidas a otro tribunal.
- 4.996 (13%) acabaron en juicios de faltas o sentencias de conformidad. De ellas hubo 3.864 condenas y 1.132 absoluciones.
Resumiendo: 52% no resueltas, 38% sobreseídas, y 10% con condenas. Los números no mienten, algo falla.
Esto es lo que provoca una denuncia falsa: la quiebra de la confianza del sistema.