Paula Vázquez, la famosa actriz y presentadora de televisión, ha experimentado en sus propias carnes lo que en Internet se denomina “efecto Streisand”. Y es que, ayer tarde, por un descuido, la presentadora publicaba una foto en Twitter en la que mostraba un parte médico que hacía visible su número de teléfono y dirección personal.
La viralidad de Internet hizo el resto. Pese a borrar la fotografía con carácter casi inmediato, el número de teléfono y dirección de la presentadora corrieron como la pólvora por Internet, recibiendo ésta un aluvión de mensajes, llamadas y Whatsapps de quienes habían accedido a dicha información.
Ante tal circunstancia no se le ocurrió otra cosa a la presentadora que amenazar a sus seguidores con publicar los números de teléfono de quienes la siguiesen contactando. Y dicho y hecho. Si la amenza se hubiese quedado ahí, nada más hubiese pasado, pero lo cierto es que la advertencia no se quedó en tal sino que la presentadora publicó los números de quienes la “acosaban” a través del servicio de mensajería instantánea Whatsapp.
Desde el punto de vista legal, si la publicación hubiese sido únicamente de los números de teléfono de los “acosadores”, ahí se habría quedado todo, por cuanto que existe ya alguna resolución de la Audiencia Nacional que determina que si el número de teléfono como tal no va acompañado de otros datos que permitan identificar al usuario, el mismo no tiene la consideración de dato de carácter personal.
Lo que ocurre en el presente caso es que en la ejecución de su “plan”, la presentadora tuiteó no solamente números de teléfono de terceros sin su consentimiento, sino también la fotografía y el nick de algún usuario, lo que sí tendría ya la consideración de dato de carácter personal.
Sobre la base de lo anterior, la legislación es clara. Sin el consentimiento del afectado, un dato de carácter personal no puede ser objeto de publicación. ¿La consecuencia? La imposición de las sanciones que al respecto prevé la LOPD, que pueden alcanzar la cifra de hasta 600.000 Euros. Veremos en que queda todo este entuerto, pero lo que sí es claro es que en este caso el remedio ha sido peor que la enfermedad, un “efecto Streisand” en toda regla. ¿Creen que exagero? Esto es lo que rezaba el perfil de Wikipedia de la actriz y presentadora en la tarde noche de ayer: