El software de Kaspersky Lab no podrá venderse en Estados Unidos. Así lo ha anunciado la Secretaria de Comercio Gina Raimondo, que ha declarado que la influencia que el gobierno ruso tiene en la compañía convierte a su antivirus en un "riesgo de seguridad significativo". Fuentes consultadas por
Reuters ahondan en el razonamiento de la administración Biden, señalando que el acceso privilegiado a los equipos en los que se instala podría facilitar la inyección de malware y el robo de información.
Más allá del consumidor común, Kaspersky tiene por clientes a proveedores de infraestructura crítica y gobiernos locales y estatales, lo que podría haber contribuido a la decisión.
"Nunca daríamos a una nación adversaria las llaves de nuestras redes o dispositivos, así que es una locura pensar que seguiríamos permitiendo la venta de software Ruso con el más profundo acceso a los dispositivos", ha declarado el senador Mark Warner, responsable del Comité de Inteligencia del Senado.
Así las cosas, tres unidades empresariales de Kaspersky serán añadidas de la lista de entidades con restricciones comerciales, lo que implica el cese de la comercialización del antivirus.
Por parte de Kaspersky, la compañías ha publicado un
comunicado expresando su convencimiento de que "el Departamento de Comercio ha tomado su decisión basándose en el clima geopolítico actual y en preocupaciones teóricas, más que en una evaluación global de la integridad de los productos y servicios de Kaspersky", al tiempo que asegura que "no participa en actividades que amenacen la seguridad nacional de Estados Unidos".
Una decisión que lleva años de recorridoAunque puede entenderse que la decisión de prohibir la venta del antivirus de Kaspersky en Estados Unidos obedece a la posición de Estados Unidos en el conflicto de Ucrania, lo cierto es que viene de muy lejos.
Ya en 2017 el Departamento de Seguridad Nacional prohibió la instalación del antivirus en redes federales en base al hecho de que la legislación rusa permite a las agencias de inteligencia forzar la ayuda de las empresas nacionales a la hora de interceptar comunicaciones, a lo que se suman las sospechas de que la compañía pudo haber estado involucrada en la
sustracción de herramientas de hacking utilizadas por la NSA y que de alguna forma acabaron en manos del gobierno ruso.
Fuente: Reuters