Perdonad pero no creo que las palabras de Fraga sean achacables a su chochez sino más bien a su hijodeputez intrínseca. Éste tío no se ha descubierto como un fascista ahora, a sus 150 años, sino que durante toda su vida política ha sido un auténtico hijo de puta. Fue ministro en la dictadura y tiene sus manos manchadas de sangre.
Lo anacrónico no es que piense lo que piensa, que es lógico viniendo de donde viene, sino que haya tanta gente que le aplaude las gracias (como en este caso) y que sea nada más y nada menos que presidente honorario del partido popular, que como comprenderéis no es cualquier cargo; no es una poltrona en el cementario de elefantes precisamente.
Así que no me vale que en otros casos se líe la de dios es cristo y en éste, en cambio, acabe en una simple anécdota sin eco mediático.