En Rastan ahora mismo sin tener que recordar cada cosa al detalle me puedo pasar el mundo 1 y hasta el boss del 2 sin ningún problema, y menos sin desesperarme. Porque me basta saber que hay algunos enemigos fijos como las bandadas de murciélagos y trampas, las cuales no necesita memorizar donde están (que saber donde están ayuda, pero no es crucial), ya que me vale con ir atento y maniobrar a tiempo con habilidad y reflejos, y si me mata alguna pues a la siguiente vida ya se que está ahí, pero lejos de memorizarlas todas.
Es decir en Rastan tengo la total sensación de que puedo ir avanzando y que la experiencia me va sirviendo para pasar zonas que antes no podría. Cosa muy lejana a tener que hacer, a cada paso, exactamente una cosa o mueres.
Hay mucha diferencia entre aprender o saber jugarlo, a memorizar cada mínimo elemento.
El 1001 Spikes no tiene comparación, es un juego diseñado para eso, con fases pequeñas y movimiento rápido. No un juego que avanza a ritmo de tortuga reumática en el que te matan al final y vuelta a empezar, y donde te van a matar si no te has aprendido absolutamente TODO lo que te vas encontrando y haces exactamente la secuencia de turno. Vamos que lo que he disfrutado el 1001 Spikes es igual a la pesadumbre cada vez que intento con el Volgarr.
Margen de maniobra NULO, es como puede resumirse. Y eso para mí no es un arcade. Hacer un juego no es un programa y pegarle gráficos y sonido, hay que saber hacerlo. Y el hecho de darle pinta a juego de antes no le da para nada el feeling de juego de antes.