Pues juego acabado. ¿Qué decir? Para mí un juegazo y sí, una obra maestra. Esta generación tenía a The Witcher 3, Persona 5 y Breath of the Wild como los máximos exponentes de calidad en casi todos sus apartados o, al menos, en los que yo más valoro dependiendo del juego. Esos tres, mientras los jugaba, me hacían sentir que estaba jugando a algo hecho con mimo, con cariño, algo redondo y con carisma, divertidos y emocionantes, algo novedoso de alguna forma, sensaciones que no había sentido con casi ningún juego de la generación PS360. God of War se mete ahí también. Yakuza 0 sería otra mención importante, pero lo pongo un peldañito por debajo.
Bajo mi punto de vista God of War triunfa en casi todo lo que propone y encuentro tan solo un punto algo negativo:
Entrando en materia, el juego sorprende a cada paso que das, no en términos de historia o situaciones que también, sino en la profundidad jugable que demuestra, dándote poco a poco cada vez más y más opciones hasta que, sin darte ni cuenta, puedes enlazar combos y habilidades con un frenetismo que no te hace echar en falta lo visceral del anterior Kratos.
Narrativamente sucede algo parecido a lo que pasa con The Last of Us, empieza lento y poco a poco va a más, continuamente subiendo el ritmo. Por suerte y a pesar de lo que mucha gente decía, esta es la única cosa en la que estos dos títulos se parecen. La clave de la historia de God of War no es lo que cuenta, sino como lo cuenta y lo bien trabajadas que están las relaciones entre personajes, no solo Kratos y Atreus, sino prácticamente todos los que aparecen.
La exploración y los puzzles son amenos, nada complicado, puros trámites para conseguir los objetos y mejoras que esconden pero efectivos para mantenerte entretenido y muy importente: no romper el ritmo, en un perfectísimo equilibrio entre puzzle-exploración-combate que hace que no te aburras y que además te recompensa a cada paso que das, porque la cantidad de mejoras y habilidades que hay por desbloquear es impresionante.
La capacidad de personalización que tienes sobre tu personaje es realmente abrumadora. No es un juego de rol, está lejos de ser algo así en todos los sentidos, pero tienes infinidad de opciones para adecuar a Kratos a tu estilo de juego.
Y por último y lo más importante: el combate. Al igual que todo el juego, empiezas con pocas opciones, con combos muy básicos y poco a poco se van abriendo una cantidad de opciones que lo van ampliando más y más hasta que, como he dicho, convertir ese combate un poco lento de las primeras horas, a uno increíblemente frenético y que sigue manteniendo cierta complejidad y táctica. No es un Souls, por más que se le haya comparado con ellos, God of War no tiene unas mecánicas tan marcadas y es mucho más permisivo y menos castigador con tus errores. Ahora bien, la sinergía que tienen todos los movimientos y habilidades que vas desbloqueando, como puedes combinarlos y hacer combos larguísimos y espectaculares no tiene precio, ahí es donde te das cuenta que sigue siendo God of War y para mí, de hecho, muchísimo más divertido que los anteriores.
Por otra parte, yo que lo he jugado en "Quiero un desafío", creo que tiene una dificultad ajustada que en los últimos compases del juego va a menos, convirtiéndose realmente en algo sencillo, sin embargo, sigue siendo un juego en el que debes estar atento a lo que ocurre en pantalla si no quieres que te crujan de dos sopapos, por lo que mantiene el interés en todo momento.
Y entrando en spoilers (no leer si no te has pasado el juego, evidentemente):
He sido un poco parco en algunas cosas porque no quiero entrar en spoilers, pero vaya: impresionante en resumen, directo a mi top de videojuegos y aunque me gusta reposar estas cosas un poco, estoy convencido de que a este God of War no lo van a mover de ahí en un tiempo.
Pues nada, menudo tocho, no sé si lo leerá alguien pero ahí queda.