Google ha puesto a prueba su vehículo autónomo sacándolo a pasear por las calles de la localidad californiana de Mountain View. Tras casi dos años de silencio sobre el proyecto, los chicos del laboratorio Google X
han mostrado los primeros pasos en la recientemente iniciada conquista de las vías urbanas, un entorno con muchas más complicaciones que otro tipo de carreteras.
Desde la
última actualización, el equipo asegura haber mejorado el
software para facilitar la identificación de "cientos de objetos diferentes moviéndose acordes a las diferentes reglas de la carretera". Entre dichos objetos se pueden encontrar "peatones, autobuses, un signo de stop que sostiene un guardia o un ciclista haciendo gestos para indicar un posible giro".
Este reconocimiento de gestos de ciclistas se demuestra en el vídeo publicado por la compañía, así como varios sistemas que indican al automóvil cuándo la vía está libre de obstáculos, tanto en paradas temporales como en giros e incorporaciones. "Resulta que lo que parece una calle aleatoria y caótica para el ojo humano es realmente predecible para un ordenador", escribe Chris Urmson, jefe del proyecto de coche autónomo de Google.
"Nuestro optimismo respecto a que estamos llegando a un objetivo que podemos alcanzar sigue creciendo. Un vehículo que opera en plenas funciones sin intervención humana", sentencia Urmson. En estos momentos los coches automáticos de Google ya acumulan 700.000 millas (1.226.541 km) navegadas de forma autónoma, 400.000 millas más que en la actualización anterior del proyecto.
En 2012 Sergey Brin, cofundador de Google, aseguró que esta tecnología llegaría al público en 2017, haciendo uso en los primeros modelos de una solución híbrida donde se recurra al humano cuando el ordenador falle. El objetivo último del proyecto es dotar a los automóviles de un sistema completamente autónomo que "preste atención a las cosas que un humano no puede físicamente, y que nunca se canse o se distraiga".