Pepe Domingo, gracias por todo.
Desde pequeño escuchándolo en la radio en Carrusel... Él logró que me entretuviera escuchar un programa de radio principalmente de fútbol... Sin gustarme para nada el fútbol. En absoluto.
Pero su voz enganchaba, era magia. Y con el buen ambiente en general del programa, sólo escuchar esa atmósfera, de alguna manera te atrapaba. Su ímpetu y energía, su vitalidad y su originalidad narrando absolutamente todo, hacía que las ondas radiofónicas te atrapasen, aún, insisto, sin tener interés alguno en el fútbol.
Esa voz cuando mi padre ponía la radio los findes... Era sinónimo de eso, de finde. Pepe Domingo, la magia y los fines de semana eran la misma cosa. Iban de la mano. Gracias por regalarnos tu voz y tu entusiasmo todos estos años. Algo se nos va a los de mediados de los 90 (entre otras generaciones).
Descanse en paz.