Yo prefiero el tankobon al kanzenban en general, y de hecho la edición tankobon original me parece más bonita que la kanzenban, es una cucada:
Pero la de Kenshin es de una de las ediciones más flojillas de Glénat, al fin y al cabo es una edición del siglo pasado aún, de una época donde los estándares del manga aquí aún no eran los de unos pocos años después. El principal handicap es que es una adaptación de la edición francesa (si te fijas a veces puedes ver algún "aïe!" en pequeñito), con lo que ello implica en traducción y diseño. De entrada, las portadas no le hacen justicia a las originales.
Los diálogos son más toscos que los de Marc Bernabé, y me parece que algunos podrían estar censurados para rebajar la violencia. Por ejemplo, cuando Okubo le ofrece explicaciones tras el duelo contra Saito, en el tankobon Kenshin responde "Sí [quiero oírlas], a todo precio", mientras que en el kanzenban le espeta "No [me importará oírlas]. Si no me lo dices te arrancaré la lengua". Y a veces las onomatopeyas son muy intrusivas. Esto me molesta más que la traducción, que casi siempre da el pego.
Ahora, personalmente estoy contento con esta edición. Cambié Maison Ikkoku (muy valorada, pero es un tipo de serie que dejó de hacerme gracia casi nada más terminarla, cada vez que intentaba releerla se me atragantaba) más algunas miniseries por ella y no me arrepiento.