La mayor parte de las cosas no por el hecho en sí, sino por lo que suponen.
Por un lado las personas adictas. No tengo nada en contra de las drogas, de hecho he probado casi todo lo no inyectable, pero son capaces de que personas geniales por lo demás, se comporten de forma horrible, incluso haciendo cosas que no quieren y de las que se arrepienten tremendamente después.
Trabajo sexual. No tengo nada en contra del trabajo sexual, pero no me haría gracia en mi pareja. No soy quién para decirle que no trabaje de eso, pero sí para cortar la relación (o no empezarla). Que lo hubiese practicado en el pasado no me parecería mal, mientras esté seguro que ya no lo hace.
Que crea en el heteropatriarcado. No podría estar con alguien que piense que por nacer hombre tengo el pecado original y debo purgar mis pecados deconstruyéndome.
Que sea woke. No por las ideas de izquierdas, con los comunistas todavía se podía hablar. Pero en los últimos años ha habido un salto de calidad y cuando moralizas tu punto de vista, el que no lo comparte se convierte en tu enemigo.
Personas con problemas mentales (depresión, trastorno límite, histéricas...). No tengo por qué comerme los problemas irracionales de otro si puedo evitarlo. Otra cosa es ya en la relación, que no sería motivo para dejarlo. Pero en mi familia ha habido demasiados casos donde la otra persona ha sufrido demasiado por tener que aguantar sus demonios + los del otro.
Que sea trans. Hoy en día hacen operaciones brutales y apoyo completamente a las personas trans, de hecho salvo 3 puntos, la ley trans me parece lo único potable que dejará Montero, pero el deseo no se elije, así que...
Veo imprescindible un día para uno mismo a la semana. Creo que hace mucho bien a la relación, no sólo por tu mayor libertad, también por la de tu pareja. La dependencia suele acabar mal.
Que no se cuide. No me refiero a ropa y maquillaje, eso me da igual, sino a cuidar su cuerpo. Abuso de drogas, sedentarismo, comida en exceso... dice mucho del autocontrol de esa persona. Lo sé porque he estado en el otro lado y me he puesto todas las excusas habidas y por haber.
Lo de los hijos no me hace gracia, pero no es un no-no. Es más, tuve una pareja con una hija.