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Puestos a votar radicalmente, lo mejor es ir por partidos realmente radicales. Democracia Nacional, la Falange y cosas así; sean de extrema derecha, izquierda, o pro-alienígenas.
Porque votar a partidos conocidos es seguir el juego de los políticos.
Vamos a pensarlo: a los políticos les da igual ganar o perder. Sobre todo a los que lo son a nivel nacional. Por ejemplo, la anterior ministra de cultura se fue por la puerta de atrás; todos contentos. Pero no ha desaparecido: ahora tiene un puesto cojonudo en el que gana tanto como todos los que hemos esrito en este hilo juntos y no pega palo al agua. Una vez se entra, ya no hay quién los quite. Ser político es una forma de vida: trabajas en una empresa de la que no te pueden echar, cobrando muy bien de todos los ciudadanos, y además no tienes ninguna responsabilidad. Porque, por mal que hagas algo, por mucho que dejes millones de deuda en un ministerio o ayuntamiento, ¡no es nada ilegal! Puedes ser un negado total, que vas a vivir estupendamente bien el resto de tus días.
Hoy en día, la pelota pasa del PP al PSOE. No importa en absoluto quien esté en el poder mientras sea socialista o pepero. Ahora bien, imaginemos que un partido fascsta empieza a recibir votos en cantidad. Esa gente se cree lo que dice, recordemos al Frente Nacional. Y ahí es cuando se hacen caquita los políticos "estándar", cuando se unen y llaman a los electores a votar contra los malos malísimos. No importa que ese voto sea una llamada de atención, un "no me gusta lo que habéis estado haciendo hasta ahora"; lo importante es ¡echar a los malos!
Creo, por eso, que es una buena forma de fastidiar a los políticos de turno. De llamarlos inútiles. De expresar que has tenido que irte al extremo porque no aguantas su demagogia y su incompetencia.
Así que creo que, en el caso de querer mostrar vuestro desacuerdo, lo que debéis hacer es votar a partidos raros y radicales.