Sport escribió:El vestuario blaugrana vivió ayer, con casi una semana de retraso,
el amigo invisible. Aunque la espera valió, y mucho, la espera.
Y es que uno de los regalos que se entregaron fue la estrella indiscutible de la jornada, levantando expectación y sonrisas allí donde pasaba.
El adjudicatario del preciado tesoro fue el brasileño Jose Edmílson.
Sus compañeros le hicieron ponerse en medio del vestuario y le entregaron una carta. Mientras el jugador leía la misiva se abrió una puerta y, cual morlaco cualquiera, apareció una oveja negra, vivita y coleando, corriendo enloquecida por el vestuario.
Las carcajadas y los aplausos de sus compañeros traspasaron las paredes del vestuario ante la mirada atónita de Edmílson, quien asimiló el regalo con buen humor y una cierta resignación. No hay que olvidar que el brasileño, ahora lesionado, tuvo un desliz hace poco más de un mes al denunciar en un medio de comunicación la existencia de una oveja negra dentro del vestuario.
La plantilla le pagó de esta forma, entre irónica y ocurrente,sus polémicas declaraciones. En todo caso, la reacción de toda la plantilla fue unísona ante la presencia de la oveja negra. El ovino además tenía serios problemas de estabilidad por culpa de la superficie resbaladiza del suelo del vestuario, por lo que al final tuvieron que cogerla para evitar que se hiciera daño. El golpe de efecto fue indiscutible.
El otro presente que más carcajadas levantó entre los jugadores fue el que recibió
Oleguer Presas. Al defensa catalán le esperaba no uno ni dos sino hasta tres obsequios. El primero era una biografía del caudillo Francisco Franco -evidentemente un personaje que es la antítesis de cualquier demócrata y aún más de un nacionalista hasta la médula como él-,
el segundo la letra del nuevo himno de España para que comience a tatarearla en sus momentos libres, y el tercero -que causó un gran impacto entre los jugadores-
una camiseta de la selección española con el número 23 y con su nombre estampado.Oleguer acogió los regalos con una amplia sonrisa, pero también con una mirada que delataba que poco uso iba a hacer de todos los regalos.
Tras las dos estrellas de la jornada, el resto de regalos quedaron en anécdotas, más o menos graciosas. Como por ejemplo a
Rafa Márquez que le entregaron un billete de puente aéreo para Madrid de ida y vuelta. Hay que recordar que su pareja actual es la modelo mexicana Jaydy Michel, que tiene su residencia en la capital española. De hecho, al internacional azteca le tienen cogida la medida en el amigo invisible porque
el año pasado le regalaron un CD de Alejandro Sanz, el ex marido de Jaydy Michel.A Samuel Eto’o le regalaron una colección de coches en miniaturas -sabido por todos su pasión por los vehículos- que seguramente cederá gustoso a su hijo, que ha heredado de su padre la pasión por el motor. Al camerunés también le regalaron un sombrero, ya que entre sus prendas habituales en invierno, siempre suele llevar un gorro, alguno estrafalario.
Thierry Henry se fue a casa con una camiseta de la NBA precisamente de los Toronto Raptors. Muchos esperaban que fuera de San Antonio Spurs donde juega su amigo íntimo Troy Parker.
El joven Bojan Krkic vivió su primer amigo invisible con ilusión, máxime cuando le entregaron su regalo: una bata de escolar donde se podía leer bordado su nombre en una de las solapas.
Al riojano
Santi Ezquerro le cayó un juego de magia, a Xavi Hernández una llave, a Gudjohnsen una colonia y a Sylvinho un desodorante. Xavi no acabó de entender muy bien su regalo, pero lo aceptó con una amplia sonrisa.
Los técnicos tampoco se libraron del amigo invisible. A Eusebio le regalaron una botella de vino -en clara referencia a su pasión por la enología donde tiene hasta bodegas en Valladolid- y a Juan Carlos Unzué le entregaron unos guantes del guardameta Vítor Baía con una nota manuscrita donde recordaba al entrenador de porteros del Barcelona que estaba retirado y que se ofrecía para ocupar el puesto dejado vacante por Albert Jorquera.
Por cierto, el meta catalán y Ronaldinho fueron los dos únicos ausentes de la fiesta en el vestuario. El meta porque se encuentra inmovilizado tras la operación y el brasileño porque excusó su presencia asegurando que tenía gastroenteritis.