Meristation analiza Fantasy Life un pedazo de 9.Nintendo le da un 93%
Conclusión:
Unir dos estilos de juego tan similares como son el JRPG y el denominado "Social Life" debía de ser, casi por necesidad, el siguiente paso que Level-5 tomase en su búsqueda por crear un género capaz de satisfacer las necesidades de los aficionados. Fantasy Life es la primera aproximación a la vertiente MMO del rol japonés tradicional, un acercamiento que deja tras de sí grandes ideas que no siempre cuajan como debieran y en el que se aprecia un esfuerzo por traspasar las barreras impuestas por el propio mercado en los últimos años. Su jovial y desenfadado aspecto conquista rápidamente al jugador y lo teletransporta a un mundo en el que su principal objetivo es hallar la felicidad desempeñando distintas funciones del día a día. La mecánica es una suerte de mezcla entre Harvest Moon y Zelda aunque sin decantarse especialmente por ninguno de los dos, lo que garantiza una vida útil tan extensa como podamos imaginar y cientos de labores a realizar antes siquiera de finalizar el prólogo.
En Fantasy Life lo que realmente importa es disfrutar del tiempo libre realizando tareas mundanas que nos permitan ver la luz de un nuevo día, obteniendo experiencia y cambiando de trabajos para matar el tedio. La historia sirve como sostén para justificar en mayor o menor medida los acontecimientos que tienen lugar con el paso del tiempo, por lo que proablemente serán pocos los jugadores que se sienten a jugar para conocer qué sucederá con éste o aquél personaje. No hay subtramas épicas, side-quests para el recuerdo o momentos que valga la pena recordar una vez apagamos la consola. Contrasta este aspecto con el divertimento que extraemos de los combates, ágiles, rápidos y dinámicos, idóneos para entretenernos sin traumas. Todas las opciones que podemos desbloquear están centradas en potenciar el abanico de acciones que podemos realizar cada día, por lo que en ocasiones resulta difícil saber qué se espera exactamente de nosotros como jugadores más allá de ir realizando tareas comunes.
No es fácil describir las sensaciones que transmite el cartucho cuando sumamos más de 50 horas de juego y apenas hemos tenido ocasión de descubrir una mínima porción del contenido que éste encierra. Quizá se deba a gran trabajo que ha realizado Level-5 para que el jugador nunca se aburra, en un esfuerzo repartido entre su atractiva presentación visual (lastrada por el retraso entre el lanzamiento japonés y el occidental) y a la ingente cantidad de opciones que tenemos a nuestro alcance desde el minuto uno de partida. Desde la creación de objetos a las situaciones más absurdas que podamos imaginar, Fantasy Life es una obra que sabe cómo conquistar pese a no ofrecer "nada en concreto" salvo un centenar de horas de juego y una infinidad de propuestas que logran enganchar, del mismo modo que lo puede conseguir Animal Crossing o el mismísimo Los Sims. Aunque finalmente su componente RPG queda mermado por algunas taras significativas, este primer acercamiento a un nuevo planteamiento de juego es un éxito que esperamos se repita en tiempos venideros. Vivir por vivir nunca fue tan divertido.
-Lo Mejor:
Adictivo como pocos. La amalgama de opciones a realizar es tan extensa que siempre encontramos motivos para seguir jugando.
Un sistema de combate muy entretenido y dinámico.
El sentido del humor que desprende y la jovialidad con la que invita a disfrutar de los "pequeños placeres de la vida".
Muy buen trabajo a nivel técnico. Llega totalmente traducido a nuestro idioma.
Más de 80 horas de juego garantizar diversión para rato.
-Lo Peor:
El argumento, muy flojito, no termina de aprovechar todo su potencial.
El nivel de dificultad y la profundidad de los trabajos no supone precisamente un reto para expertos.
Jugabilidad -> 9
Vive una vida de héroe. Y disfrútala mientras te buscas la vida para conseguir dinero vendiendo materiales como madera, yendo a pescar o salvando al mundo. La mecánica de Fantasy Life es una mezcla entre Harvest Moon y Zelda: aquí lo que importa es pasarlo bien mientras realizamos toda clase de actividades propias del día a día, sin olvidar que existe un mal que amenaza con destruir a la humanidad. Aunque el argumento flojea y no termina de explotar, la cantidad de acciones de las que disponemos hacen de esta obra una de las más extensas que podemos encontrar en el mercado. Siempre hay algo que hacer y pasaremos las horas de aquí para allá sin saber exactamente por qué seguimos jugando, aunque lo haremos. En ello reside el factor adictivo de esta aventura, más simulador social que JRPG, potenciada con modalidades online.
Gráficos -> 9
Pocas sorpresas en este campo, en tanto que el motor que se emplea es una mezcla entre el estilo artístico de los Inazuma Eleven más recientes y el peculiar estilo artístico de Zelda. La cámara permite una leve rotación de los escenarios sin hacer demasiado hincapié en el diseño de los mapeados o de los personajes. El estilo desenfadado y propio de una serie de dibujos animados encaja como anillo al dedo con el carisma que desprende el juego. El año que ha transcurrido entre el lanzamiento japonés y el occidental hace que se pierda parte del impacto visual que causó en el momento de su aparición al otro lado del charco.
Sonido -> 8
Las melodías que nos acompañan durante la aventura son resultadistas y aciertan al potenciar el tono de las distintas circunstancias que vivimos. El tono del juego, como se ha comentado a lo largo del análisis, es jovial e invita al buen humor. Se aprecia la mano de Uematsu en la composición, aunque sin grandes alardes.
Multijugador -> 9
Opciones StreetPass para compartir información, objetos y mensajes con nuestros compañeros. Un "vínculo" que nos permite estar en contacto con aliados. Pero, por encima de cualquier otro aspecto, celebramos la presencia de un multijugador local y online que permite a tres jugadores reunirse y combatir entre ellos aunando fuerzas.