Penalti clarísimo a Marcelo, y pisotón involuntario al guarro de García. Las dos acciones, completamente evidentes para cualquiera con dos dedos de frente. Qué razón tenían los segundones de este país cuando profetizaban que con el VAR se iban a acabar los robos. Qué puta razón tenían...
Y nada, ahí está Zidane, 21 flautas de 21 posibles desde el parón. 21 hermosas y soleadas muestras de fortuna, 21 loterías premiadas, 21 golpes de suere. Y mientras tanto, todo tipo de comedoritos juegan a creer que saben más de fútbol que él, que ha ganado cada liga en la que ha participado menos la que no pudo ganar (a punto estuvo) por llegar con demasiada desventaja.
Corren buenos tiempos para la justicia, y malos tiempos para los entrenadores de salón.