Creo que no hay mejor día para analizar el año de Ricky Rubio que justo después del gran partido que ha realizado en la derrota de los Timberwolves ante Oklahoma. 19 puntos, 8 asistencias y 5 rebotes con 6 de 12 en tiros de campo. El partido que hace dos años imaginábamos que iba a hacer Ricky cada noche, pero no. Veamos.
Para empezar, los males del base de El Masnou se acrecientan en la comparación con sus compañeros de posición. Su bajón de juego no se destacaría tanto si no se encontrase en medio de la que puede ser la mejor generación de bases de la historia de la liga. Ricky tiene 23 años y la media de edad de los bases titulares es de 25. Para centrarnos, tiene la misma edad que Damian Lillard, John Wall o Jrue Holiday.
En su primer año (2011-2012) Rubio fue, hasta su lesión, el segundo mejor ‘rookie’ detrás de Kyrie Irving, en una generación formada por Kemba Walker, Brandon Knight, Reggie Jackson o Isaiah Thomas, bases que están realizando una gran temporada este año. Recordemos que, a pesar de haber sido drafteado en 2009, Rubio llegó a la liga en 2011.
Ricky no ha empeorado mucho en porcentajes de tiro, tiene un 35,9%, mejorando el 35,7% de su primer año y casi igualando el 36% del año pasado, pero tira mucho menos. Como novato lanzaba más de 9 tiros por partido y ahora se ha quedado en siete y, lo que es peor, se nota el miedo en su juego. Un miedo lógico, hasta cierto punto, teniendo en cuenta la grave lesión que sufrió hace dos años y de la que parece no haberse recuperado. Porque el Ricky que llegó a la NBA, a pesar de sus malos porcentajes de tiro, levantaba a la grada de Minnesota prácticamente en cada jugada. Era un jugador mucho más alegre, mientras que ahora su juego es más plano, más previsible y con menos incidencia en el juego.
Es el base titular que menos anota (8,5 puntos) y que peor porcentaje de tiro tiene. En lugar de eso, reparte más asistencias, coge más rebotes y roba más balones que nunca. Es cuarto en pases (8,3), sólo superado por Wall (8,5), Curry (9,1), Ty Lawson (8,9) y Chris Paul (11,2). Es el tercer base en la clasificación de rebotes, empatado con Paul en 4,6 y superado por Carter-Williams (5,4) y Russell Westbrook (6). Por último, lidera la NBA en robos de balón con 2,6 recuperaciones por partido. Entonces, ¿qué le falta a Ricky Rubio? Anotar. Tenemos el ejemplo de José Manuel Calderon, que durante sus años en la NBA ha mejorado de forma espectacular sus porcentajes de tiro. Y perder el miedo. Ese miedo que se palpa sólo con verle entrar a canasta.
Una de las mejores generaciones de bases de la historia
Como decíamos, los males de Ricky serían menores si no le tocase competir con semejante generación de bases tan jóvenes y tan buenos.
Chris Paul (28 años), Stephen Curry (25), Derrick Rose (25), Rajon Rondo (27), Russell Westbrook (25), Deron Williams (29) Lillard (23), Wall (23), Irving (21), Jennings (24), Dragic (27), Ty Lawson (26), Kemba Walker (23), Brandon Knight (22), Carter-Williams (22), Trey Burke (21), Holiday (23)… Todos relativamente jóvenes y con mejores porcentajes y números de cara a canasta que Ricky. El que menos anota de ellos es Deron, con 13,9 por partido, el resto mejoran hasta los 24,3 que promedia Curry. En cuanto a porcentajes Burke es el peor con 37%, y sólo él, Jennings y Carter-Williams, además de Ricky, bajan del 40% de acierto.
De nuevo, los puntos no serían tan importantes si el español siguiese en la línea expuesta en su año ‘rookie’: un ‘jugón’. Un creador de juego, no un anotador. Recuperar esa ‘magia’, perder el miedo a entrar a canasta y llegar al 40-45% de acierto en tiros de campo volverán a situar a Rubio en ese abanico de bases que forman, a día de hoy, una de las mejores generaciones de la historia. En definitiva, volver a divertirse, como el mismo Ricky reconocía hace unos días: Voy a ser honesto. No me estoy sintiendo cómodo. No estoy siendo yo mismo y el equipo lo esta notando. Simplemente he de volver a ser quien era, a ser yo mismo. Estoy trabajando en ello". Siempre se dice que el primer paso es reconocerlo. Punto para Rubio.
si anda en los números de antes de la lesión o incluso los mejora está claro que hay algo más que falla. si es ese miedo o no...pues puede ser, pero las caritas que les he visto poner a la afición y lo que es peor, a kevin love, no presagian nada bueno, eso desde luego.