La de Correos ha llegado a casa tantísimas veces en los últimos años que mi tío, soltero, tontea con ella cada vez que viene. Mi tío habita en un piso inferior de la casa, a la que da la puerta de la calle en la que toca el Correo. Al principio el contacto entre ambos era nulo, luego intercambiaban varias palabras y, a día de hoy, se pasan charlando un rato y tonteando bastante. Ya han quedado juntos incluso, aunque parece que ninguno de los dos rompe el hielo.
A este paso, mi vicio va a solucionarle la estampa amorosa a mi tío. Increíble xD.