Así joden las criptomonedas a los ‘gamers’Digamos que te gustan los videojuegos. Pero no de esa cosa de los indies, con píxeles estilo 80 y 90. Eres lo que llaman en el argot un graphic whore, un jugador obsesionado con la potencia gráfica, los frames por segundo y demás. Y quieres comprarte una nueva tarjeta gráfica ya que la tuya está ligeramente obsoleta y no puede correr, como desearías, el último juego que has pillado.
Te diriges a internet y tratas de comprar las últimas Radeon RX de AMD. Lo siento, amigo, están todas out of stock. Si encuentras una, su precio estará bastante inflado y modelos antiguos de segunda mano hasta puede ser que superen lo que valía recién salida de fábrica. La culpa, querido graphic whore, es de las criptomonedas.
Así, en Amazon, la MSI Radeon RX 580 ARMOR está prácticamente agotada. Se pueden encontrar algunas, pero sus precios no bajan de los 600 dólares e incluso alguna se encuentra hasta por 1.000 pavos. Por poner otros ejemplos concretos, la Gigabyte Radeon RX 580 Gaming 4GD vale, según su fabricante, 275 dólares. En Amazon la venden por 700. La PowerColor Red Dragon Radeon RX 580 está valorada en 230 y se vende por 600. La MSI Radeon RX 580 Gaming X 8G serían 255 pero se encuentra en una horquilla de 900 a 1.000 dólares. Los alemanes de Computer Base dedicaron un tiempo a investigar el motivo.
Técnicamente la culpa no es de las criptomonedas en sí, si no de los mineros. Las criptomonedas se pueden adquirir de dos formas. La más sencilla, comprarlas en una casa de cambio virtual o vendedores independientes. Lo complicado es minarlas; y eso consiste en tunear ordenadores con gran potencia de cálculo para mantener las cadenas de bloques, a.k.a. libro de contabilidad distribuido, recibiendo un pago en la criptomoneda que se ayuda. Básicamente, es un sistema de verificación comunal que indica que las transacciones se realizan de forma correcta.
Primero se manifiesta la intención de una transacción entre dos partes. Esta es empaquetada con otras en un bloque, que se envía a una comunidad de ordenadores, los mineros, y ellos evalúan las transacciones con determinados cálculos matemáticos acordados. Cuando el 51% considera que es correcta, está verificada.
A cada bloque dado por bueno se le estampa una suerte de sello llamado hash y también una referencia a los hash de los bloques verificados anteriormente. Con esto se crea una cadena de registros que es virtualmente imposible de falsificar. Una vez finalizado, la transacción ocurre y la unidad de valor se transfiere. Para todo esto hace falta una potencia importante.
Según los reportes, no es Bitcoin la culpable, sino Ethereum. Esta criptomoneda, de acuerdo con la web Criptonoticias.com, fue creada como «una versión mejorada de la criptomoneda Bitcoin, para superar las limitaciones de su lenguaje de programación, proporcionando características avanzadas».
Ether es la criptomoneda de Ethereum y ahora mismo vale 357 dólares la unidad. Y resulta que las tarjetas de Radeon RX de AMD son listadas como las mejores para sus cálculos. Algunos modelos con chips de NVIDIA también y, en consecuencia, hay un aumento de sus precios. El 19 de junio la GTX 1060 valía 246 dólares y el 21 estaba a 280.
Tampoco es la primera vez que ocurre. A finales de 2013, hubo otra escasez de AMD en el mercado, modelos R9 290 y R9 290X, por su gran capacidad para minar bitcoins y litecoins. Durante los últimos años se creó hardware específico para el minado de criptomonedas, pero según los entendidos, los nuevos algoritmos de Ethereum funcionan mejor con las tarjeta gráficas comerciales.
Varias webs especializadas se hacen eco del rumor de que AMD y NVIDIA están preparando modelos específicos para el minado de criptomonedas, a las que le quitarían los conectores de pantalla, con una garantía reducida a 90 días. Las tarjetas estarían funcionado 24 horas al día, siete días a la semana, por lo que la posibilidad de que se estropeen es mucho más alta, algo por lo que algunos expertos en minería recomiendan usar equipos específicos con un menor calentamiento y mayor resistencia.
Para las compañías, que un principio uno pensaría que podrían estar contentas, puede ser un problema a largo plazo. Si los jugadores deciden buscar otras opciones por los altos precios y falta de disponibilidad, esto puede debilitar su posición en el mercado de los videojuegos, donde desaparecer es menos complicado de lo que parece. ¿Alguien se acuerda hoy de 3dfx Interactive y su Vooodo?
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