Shadow Warrior finiquitado. Hay poco que añadir a lo comentado estos últimos días, así que sin más dilaciones, paso a mi tradicional análisis por puntos:
Apartado visual. Puede que algunos les haya sorprendido el acabado gráfico del juego, tratándose de un juego que se acerca más a lo indie que a un AAA, pero para aquellos que conocieran a Flying Wild Hog de antes dudo que les haya agarrado desprevenido, pues ya en 2011 se cascaron otro FPS con destacada factura visual como es Hard Reset. Quizá no pueda competir de tú a tú contra los monstruos del género en este apartado, pero teniendo en cuenta que estamos hablando de un estudio más bien tirando a modesto, creo yo que el resultado final es impecable y por encima incluso de muchos otros juegos de campanillas. Baila en algunas texturas (esos enemigos desmembrados...), pero a cambio ofrece un buen apartado artístico, animaciones más que correctas y unos juegos de luces/colores realmente espectaculares, que ya con un Sweet FX acaba de realzar el conjunto. Una reflexión que quería hacer a raíz de esto es vengo apreciando de un tiempo hasta ahora que los estudios de Europa del este (CD Projekt, 4A Games, la propia Flying Wild Hogs...), pese a disponer de menos recursos que las grandes desarrolladoras, a parte de centrarse en el desarrollo en compatibles, se esfuerzan por ir un paso más allá en materia gráfica, cosa que contrasta con el estancamiento que hemos visto por momentos en los últimos años (seguramente en parte por lo que se ha prolongado la anterior generación de consolas, pero ese es otro tema).
Apartado sonoro. Discreto diría yo. No es que sea malo, pero tampoco llega a marcar. Se echa de menos el introducir melodías más épicas y variadas, y como comenté en otro post, no se aprovecha ese arranque claramente de homenaje a los FPS antiguos, con canciones de tono ochentero/noventero para llegar al clímax en algunos enfrentamientos. De hecho, salvo el "The Touch" de Stan Bush que suena al principio (justo en uno de los momentos humorísticos del juego), no ha habido ningún otro tema que se me haya quedado grabado en la cabeza... y eso que hay pocos a lo largo del juego.
En cuanto a efectos sonoros todo correcto, sin más, nada especial a destacar. Dónde sí veo un punto positivo es en el doblaje (en inglés), acertado en casi todos los personajes. Y un punto importante relacionado con esto, es que en los subtítulos al castellano se pierden un montón de las bromas y frases con doble sentido que sueltan Wang y Hoji sobre todo.
Jugabilidad. La estrella de la función. No quiero repetirme mucho, pero la katana es más de medio juego y una fuente de diversión contínua. No sé, quizá porque no estamos acostumbrados a FPS en los que puedas llevar armas blancas (más allá del cuchillazo trapero de turno), pero su uso me ha parecido fresco, salvaje, con muchas combinaciones posibles... En los últimos capítulos sí que es verdad que pierdo algo de frescura, quizá porque le faltan mayor número de golpes especiales para desbloquear, pero causar el caos a lo grande sigue siendo divertido.
En contraste, las armas de fuego, aparte de pocas y bastante recurrentes, no me han divertido tanto, pese a que el gunplay no es malo en absoluto (es más, tiene algún combate especialmente en el tramo final, cuando ya posees las de destrucción masiva, en que se "sienten" mejor y facilitan mucho las cosas). El problema es que ni mejoran ni aportan nada que no tengan otros títulos, amen que su sistema de apuntado no me convence.
Finalmente hay el clásico árbol de habilidades y poderes, tanto pasivos como activos, que si queremos completarlos tendremos que investigar con lupa hasta el último de los escenarios e intentar currarnos las luchas matando de formas variadas, intentando recibir el menor daño posible, ser rápidos, etc. Lo típico, vamos.
Trama. Una de cal y otra de arena. Por un lado está el... no sé, pongamos 75-80% del desarrollo... que hay muchos excesos y parodias ya no sólo al Shadow Warrior original, sino a los FPS de su misma cuerda y a las action movies de la época. La historia es aceptable, no brilla ni sueña con acercarse a los grandes del género, pero ni esa es su intención ni creo que sea un título en el que se haya de valorar esto, al contrario: debe estar como mero acompañante durante los escasos períodos de paz en las que no estemos luchando. Y como digo, así es durante gran parte del juego... salvo en el tramo final en el que se abandona casi completamente el humor para tomarse en serio la historia, así, practicamente de la nada. Y eso lo cierto es que chirría en el cuadro global, porque si alguna cosa me gustaba era precisamente ese poco interés en tomarse en serio lo que nos contaban, con situaciones graciosas y/o exageradas
que de repente ven como ya no tienen sitio en el cauce del juego. Al final solamente persisten las galletas de la suerte, eso sí, con algunos mensajes muy cachondos, pero es una pena que el resto se pierda.
Duración, secretos y demás chucherías. En total son 17 capítulos si no recuerdo mal, y hay alguno que yendo con calma, buscando todo lo "buscable" y demás, se puede ir tranquilamente hasta la hora y media - dos horas. En total y según Steam, el juego me ha dado 18 horas, que está muy bien teniendo en cuenta la media del género.
Es un título que invita a dejarlo instalado en el PC una vez completado y rejugarlo ni que sea para desestresarse un rato, probar una dificultad superior o simplemente para descubrir algún que otro secreto que te haya quedado colgado durante tu primera partida. Ya se ha comentado que los mapeados son extensos y muchos de sus secretos están realmente bien escondidos, encontrarlos se las trae. Y bueno, como ya hemos ido mencionando entre todos, hay de todo: desde guiños al pasado visuales, hasta otros de sonoros, autohomenajes del desarrollador y del editor, puyas a otros títulos del género, etc.
En conclusión, un juego que ha pasado muy desapercibido hasta la fecha de manera un tanto injusta, pues posee calidad y una serie de virtudes que lo distinguen del resto de la competencia. Para ser una obra redonda, quizá le sobren las últimas 2-3 horas, momento en el que deja aparcado el humor y la fórmula de la katana empieza a perder frescura. Pero no deja de ser el título que mejor recrea por momentos esa esencia del shooter de los 90, y esas carnicerías con Lo Wang desmembrando todo lo que se le cruza en medio del infierno desatado (tal y cómo canta Stan Bush al principio) son memorables.
EDITO. Otro punto que me he olvidado comentar y que no me ha gustado han sido los combates contra bosses: iguales y repetitivos en todos los sentidos. Bastante mejorables en mi opinión.