Ayer delante mía fue un muchacho a por su PS5. Le abrieron el mando, porque según el dependiente tenían que apuntar su número de serie... la cara del chaval era un poema. El dependiente le dice que no se preocupe que lo vuelve a precintar, y lo que hace es ponerle una pegatina de game... el muchacho le dice que parece de segunda mano, que le dé otro... se liaron, cola hasta el infinito, y le pusieron hoja de reclamaciones.