Para mí, el primer suceso relacionado con la especulación y los problemas con las reservas de ediciones de coleccionistas ocurrió con el lanzamiento de Ni No Kuni en 2011.
Recuerdo ir a comprar mi copia física (estándar) porque las reservas de este videojuego se agotaron rápidamente.
Justo en el mostrador de al lado, había un tipo, con dudosa pinta, sosteniendo dos ediciones de coleccionista en cada mano (no exagero, cuatro copias en total).
Una total vergüenza, ya que este tipo de ediciones deberían limitarse a una unidad por cliente (un cliente real), y aun así se agotarían rápidamente.
Y no hablemos de los empleados que se quedan con las ediciones para obtener un sobresueldo, sin ningún tipo de control o supervisión.
Sello MADE IN SPAIN, recordar que estos problemas solamente ocurren aquí.