El usuario ELwendo "me pidió" que me pasara por aquí para comentar mis impresiones del juego con Oculus Rift, o, mejor dicho, de mis impresiones de la demo que hay en Madrid Games Week... así que intentaré resumir lo que me ha parecido. Vaya por delante que, ni soy un experto del género, ni un entendido en el mundo del motor... así que no me linchéis si algo no os gusta o es inexacto.
Antes de nada, debo decir el tema de la realidad virtual me llama bastante y que he probado algunas de las demos de Oculus Rift, como Half Life 2 con el primer DK a la demo de Interstellar con Crystal Cove DK2 (también disponible en Madrid Games Week) y alguna que otra cosilla por ahí. Pero, sin duda, como "juego", esta ha sido por ahora la que más me ha convencido.
La demo se realiza con un Crystal Cove o segundo kit de desarrollo, con el visor ya a 1080p. Se trata de una vuelta contrarreloj a un circuito (siento no poder concretar cuál es), sin competidores, pero me ha sobrado y bastado para ver qué puedo esperar de la RV: una inmersión de la hostia y sin producir mal rollos o mareos -al menos en mi caso particular y con este título-. Esto último quizá se deba a dos cosas: la primera, que la demo se realiza sentado (en un asiento de "racing", a ras de suelo). Y dos, que siempre tienes puntos de referencia (en pantalla, las manos en el volante se mueven a la vez que las mías "de verdad", mientras que me veo las piernas virtuales si miro hacia abajo) que evitan que el cerebro no procese por completo que está pasando.
Entrando en la demo en sí, me ha fascinado el control con volante (cosa que con otros juegos de velocidad no me ha pasado). Más cerca del simulador, pero sin llegar a lo frustrante, para mi, del Ferrari F455 de Dreamcast. Sí, el vehículo podía hacer trompos, pero siempre -quizá por las ayudas activadas- me ha parecido que siempre tenía el coche bajo control. Lo mejor de todo, sin ningún tipo de duda, la lograda sensación de velocidad y los efectos de luz. Una buena parte de la carrera tiene lugar con el sol de frente, que llega a ser tan brillante que dificulta ver por dónde sigue la pista en incluso las marcas de la trazada en el asfalto. Por suerte se podía hacer algo de "trampilla" moviendo un poco la cabeza para buscar la "sombra" de las barras laterales del parabrisas. Sobra decir que puedes mirar alrededor, en todas direcciones (no he probado a mirar atrás por el asiento y el propio casco, por si la liaba) y sin nada de retardo respecto a nuestro movimiento "real". Eso sí, algunas secciones del circuito tenían algo de "popping" o aparición brusca de algún elemento del escenario. Poco más puedo decir, salvo que me ha parecido de lo mejorcito de la feria y que deja unas sensaciones bastante convincentes sobre el futuro de la RV...