@Cozumel yo a ti te considero el coleccionista más sano que conozco actualmente:
- Actualmente estás enamorado de una puta estantería que te vas a comprar, y la estás esperando con la de una ilusión como si fuese tu primera cita con tu novia, y lo mejor de todo es que seguirás haciendo así
por muchos años cada vez que la mires.
- No tienes problemas emocionales por comprarte una edición Platinum, Player's Choice, o lo que sea de un juego.
- Cierras la puerta de tu zulo y entras en trance mientras un juego carga hojeando revistas viejas, gobernando el mundo con un 486x2, no actualizas tu Pc desde el 2008 porque no necesitas más, etc.
Tú eres feliz tío, posees los objetos para utilizarlos y perderte en tu propio mundo, luego la posesión no es el fin, sino hacer algo creativo con ello.
Pato en cambio está atrapado en un circulo vicioso enfermizo:
- Ambiciona un objeto de plástico, silicio, papel, cobre, estaño, cartón, o todo ello junto. Disfruta como un cazador el
antes de la conquista.
- Consigue el objeto, lo aprecia momentaneamente, y a continuación se aburre de él para finalmente dejarlo como un item inerte en una estantería. Viene la frustración, y joder en qué me gasto el puto dinero, ¿realmente vale la pena seguir haciéndolo?
- Vuelve a empezar la rueda del infortunio ambicionando otro item para llenar el vacío que le ha dejado el anterior sintiendo de nuevo esa emoción por un ratito más hasta que vuelva a apagarse.
No es feliz, vive en un día de la Marmota eterno hasta que se de cuenta de que sus objetos le poseen a él y no a la inversa, y entonces se liberará, lo venderá casi todo, quemará algo conmigo a nivel simbólico, e irá a declararse a la chica que siempre ha amado. Un día un psicólogo le dirá que ha estado tratando de revivir infructuosamente su niñez comprando juguetes porque es cuando más feliz fué.
Fin.