Intel y AMD han presentado recientemente los resultados financieros para el primer trimestre del año. Los dos fabricantes de microprocesadores presentan resultados dispares, desde Intel parece que se ha tocado fondo en el
declive de la industria del PC mientras que en AMD son las consolas quienes salvan el trimestre.
Por parte de Intel
nos encontramos con un beneficio neto de 1.947 millones de dólares en el primer trimestre del año, lo que representa un descenso del 5% respecto al año anterior pero un resultado mejor de lo esperado. La facturación trimestral de Intel subió un 1% interanual hasta llegar a los 12.800 millones de dólares.
"En el primer trimestre hemos visto un crecimiento sólido en el centro de datos, señales de mejora en el negocio del PC y hemos despachado 5 millones de procesadores para tabletas, logrando un gran progreso en nuestro objetivo de 40 millones de tabletas en 2014", señaló en un comunicado el consejero delegado de Intel, Brian Krzanich.
Entre las nuevas apuestas de Intel se encuentra la diversificación de negocio y esto se traduce en potenciar la venta de chips destinados a electrodomésticos y otros productos, el conocido como "Internet de las cosas". Esta división ha reportado a Intel 500 millones de dólares, un crecimiento del 32% respecto al año pasado.
En el caso de AMD tenemos una de
cal y otra de arena. La compañía ha logrado aumentar sus ingresos para el primer trimestre del año en un 28%, pero no ha conseguido reportar beneficios, al contrario, presenta unas pérdidas de 20 millones de dólares. Dentro de lo negativo encontramos la parte positiva, hace un año las pérdidas eran de 146 millones de dólares.
El aumento de los ingresos se ha visto impulsado por la división Graphics and Visual Solutions, que experimentó un aumento del 118% en sus ingresos interanuales, de 337 millones de dólares a 734 millones. Esta división es la encargada de suministrar las GPUs de AMD y los
system-on-chip (SoC) para Xbox One de Microsoft y PlayStation 4 de Sony, y se espera que goce de buena salud en los años venideros.
A pesar de la pérdidas, las perspectivas de AMD parecen un poco más estables que anteriormente. Las consolas suponen un gran empujón y los buenos resultados de las GPU R7 y R9 también han ayudado a la compañía. Pero siguen los problemas con los procesadores. Los productos de AMD tanto en el mercado de escritorio como en el de los servidores sigue sin convencer cuando se comparan con los de Intel, y no parece que haya nada en el horizonte que vaya a cambiar esta situación.