La escasez de chips está causando estragos en todo el mundo. Que cueste encontrar una consola de nueva generación como PlayStation 5 o Xbox Series es una molestia, pero que las fábricas de coches instaladas a lo largo y ancho de Europa cierren líneas o supriman turnos por la falta de chips es más preocupante. Por ese motivo la Unión Europea quiere
doblar la producción de semiconductores en el continente e Intel está dispuesta a poner de su parte para cumplir con este objetivo, siempre y cuando reciba ayuda estatal.
Pat Gelsinger, el flamante director ejecutivo Intel, se encuentra en plena gira europea para entrevistarse con diferentes líderes políticos de la Unión Europea, a los que ha trasladado el compromiso de la compañía estadounidense para impulsar la fabricación de chips en el Viejo Continente. Sin embargo, también les ha dicho que a cambio la tecnológica busca obtener unos 8.000 millones de euros en subvenciones, según coinciden en informar
Politico y
Reuters.
“Lo que estamos pidiendo a los gobiernos de Estados Unidos y de Europa es que para nosotros sea competitivo hacerlo aquí en comparación con Asia”, comenta Gelsinger en referencia a la construcción de fundiciones. La Unión Europea no solo está sondeando a Intel. Thierry Breton, comisario europeo de Mercado Interior, también
mantiene contactos con TSMC, el mayor fabricante de chips del mundo, y Samsung.
El pasado marzo Intel anunció un
plan de expansión valorado en 20.000 millones de dólares para construir dos nuevas fábricas de chips en Estados Unidos y ampliar su capacidad en otras regiones. Por su parte, TSMC tiene previsto invertir hasta 28.000 millones de dólares en 2021 para mantener su liderazgo. Respecto a la Unión Europea, tiene como objetivo alcanzar el 20 % de la producción de semiconductores del mundo, ahora representa el 10 %, y el dinero para conseguirlo lo sacará del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia.
Respecto a la localización de la planta de Intel en Europa, Gelsinger apunta a la Europa continental y en concreto señala Alemania, aunque no se destacan otros territorios.
Por otro lado tenemos a las compañías europeas como ASML o NXP, que apoyan los deseos de la Unión Europa de aumentar la fabricación de chips en el continente, pero piden a la clase política que mesure su ambición. Llegar a producir chips de 2 nanómetros en Europa como pretende Bruselas es a día de hoy una utopía, así que reclaman que parte de los fondos se inviertan en plantas para producir chips de 10 a 22 nanómetros, que son los que realmente necesita la industria del automóvil y médica.