He completado Knack y me alegro muchísimo comenzar esta generación con este juego. Me ha hecho sentir sensaciones parecidas a cuando era niño y por primera vez llegó a mi casa Mega Drive con Sonic y Castle of Ilusion, o Game Boy con Ducktales y una de las portadas más bonitas que ha dado el mundo de las plataformas.
El juego está lejos de ser notable, es repetitivo, lineal y poco inteligente en su planteamiento; pero volver a la sensación de jugar a un juego con un personaje con un perfil propio de una "mascota" ha sido divertidísimo y nostálgico.
Hoy en día, hecho mucho de menos la visión japonesa sobre esta industria.