Una red de panaderías instalada en Bizkaia siembra la discordia entre las tiendas de toda la vida por los bajos precios que ofrece .
que opina la gente ???
aki dejo el tochopostclon de la noticia:
Galdakao. La guerra del pan ya está en Bizkaia. Una red de alrededor de 35 panaderías con productos a bajo coste ha pegado un buen mordisco al mercado panadero del territorio histórico. Lo lleva haciendo desde que abriera sus primeras tiendas en septiembre. El gancho para ganarse a los clientes son sus precios. Así, esta cadena, de estética llamativa y sencilla, despacha la barra normal a 50 céntimos. La barra gallega, más conocida como chapata, tampoco llega al euro. La pequeña se puede adquirir por sesenta céntimos y la grande por ochenta. Además de estos artículos venden vino y agua, también a precios más que asequibles para una sociedad forzada al límite a recortar gastos.
Los últimos establecimientos en abrir sus puertas han tenido a Leioa y Galdakao como municipios de destino. En la localidad de Eskuinaldea lo hicieron el pasado jueves, mientras que la bañada por el Ibaizabal empezó a repartir el pan la semana anterior. En tan solo un día, este despacho colocó alrededor de 3.000 barras, según la regente de la tienda. Además de para probar "algo diferente", los clientes que guardaban cola en el establecimiento de la calle Zamakoa llegaron atraídos por los precios. Y es que si ya de por sí son baratos, la jornada del estreno los precios se partían por la mitad. Es decir, la barra normal costaba solo 25 céntimos, hasta cinco veces menos que en otros comercios de la zona.
El secreto de esta cadena, cuyo obrador se mantiene abierto en Portugalete, está en los "altos niveles de venta". "Vendemos setenta barras en lugar de treinta. Así podemos venderlas más baratas porque, aunque sacamos poco por cada artículo, al final cuenta la suma de todos", explicaba a DEIA la gestora de la tienda de Galdakao el día de su apertura. Sobre las especulaciones acerca de la calidad del producto, ella misma sostiene que los compradores no se van a llevar sorpresas desagradables como en alguna ocasión se ha escuchado en otras provincias del Estado con casos similares.
Controles "Hemos pasado todas las inspecciones de Sanidad. Los inspectores se llevaron las barras para analizar y no nos pusieron ningún problema", asegura. No obstante, sí reconocen que su desembarco ha puesto al gremio de panaderos "de uñas". "Es que tienen el pan a 1,25. Por ese dinero, aquí te puedes llevar dos chapatas. Han estado ganando el doble o incluso el triple por cada pan", declara. Además de en este municipio, la red tiene tiendas abiertas en localidades como Sestao... o Basauri, donde mantienen tres despachos en Ariz, en la plaza Solabarria y la zona de los burros. Desde su apertura, la asociación de comerciantes de esta localidad ha recibido quejas del resto de panaderos que hasta la fecha habían contribuido a la alimentación de varias generaciones de basauritarras. "Algunos nos dicen que no cumplen varias normativas, pero nosotros solo podemos decirles que si realmente lo piensan, que lo denuncien. Nosotros apoyamos al pequeño comercio y ellos lo son. Todo comercio es bueno para el pueblo", apunta el presidente del colectivo, José Feijoó.
De cualquier forma, este comerciante considera que la apertura de estas tiendas no tiene por qué hacer cerrar a las de toda la vida. Y es que estas pueden competir "por calidad o por servicio". "Pueden ofrecer al cliente otros productos o sabores además de venderles la calidad de sus ingredientes", invita.
Preguntados los vecinos, la mayoría asegura que, aunque en un inicio las filas de clientes eran largas, el boom inicial dejó paso a una "vuelta a la normalidad" del mercado salvo por el hecho de que los consumidores están más repartidos.
Reconocer estas tiendas es fácil. Sus escaparates no cuentan con un nombre oficial como lo hacen los Bizkarra, Lemona, Usabiaga o Urrestarazu, todas ellas con despachos en Galdakao, y algunas a escasos metros de donde ha tenido lugar una de las últimas aperturas de estos establecimientos. Los colores que decoran sus cristaleras son similares en todos sus negocios. Letras rojas o naranjas con sus precios como reclamo hacen inconfundibles a estos locales.
Además de a sus tiendas propias, la cadena surte a otros establecimientos de venta de alimentos que han visto en estos precios la posibilidad de arañar unos céntimos por barra atrayendo a los clientes por el bolsillo.