Me parece estupendo que los echen a la puta calle.
Además, les hacen un favor. Así podrán dedicarse a lo que parece ser su verdadera vocación, preparar trampas con aceite y basura al estilo "humor amarillo".
Ah, y al que tiró el aceite que hizo que se cayeran los viejecillos, espero que además le caiga una buena multa, por hijo de la gran puta.