Dejando de lado la “veracidad” de la información, la realidad es que algo así sería complicado, porque por una parte veo lógico que si en un proceso ha sido manipulado pueda ser anulado, ya que ¿que legitimidad tendría tal proceso? Ahora bien, donde empieza y acaba el límite para decidir cuándo un proceso está manipulado?
Mentir, mentir y mentir, que es lo que hacen la mayoría de políticos, cuenta como tal?
Quien y como se controla, quien vigila que el organismo controlador actúe correctamente?