A mí en general toda esta moda de logros, puntos de jugador, etc me parecen una estrategia de lo más cutre. Igual que los coleccionables en el 90% de los juegos.
Hay pocas excepciones, salvo que aporten algo emocionalmente o relacionado con el universo expandido del juego. Por ejemplo, un caso perfecto de juego en el que recoger TODO y cumplir todas las misiones premia al jugador de por sí, es el Batman Arkham Asylum: encontrar los interrogantes de E.Nygma eran un pique cuando veías el punto pero te faltaba el resto del símbolo, y tenías que imaginarte desde que esquina del mapeado había que mirar el escenario para conseguirlo; los mensajes del Espíritu de Arkham y las cintas de video de entrevistas a los presos hablan del universo Batman y añaden detalle a la historia previa al juego, etc etc.
Pero por ejemplo, echarle horas al Assassin's Creed 1 para matar al último templario que te queda en la esquina del mapa, me parece una perdida de tiempo. Los buenos juegos no necesitan incitarte a rejugarlos, TÚ MISMO VAS A QUERER HACERLO. No sé la de veces que me he pasado Indiana Jones y la Última Cruzada, Las Llaves de la Atlántida, Monkey Island 1&2, Super Mario World y otros tantos. Estoy seguro de poder acabarlos casi de memoria, y sin embargo cada año o año y poco me pongo a jugarlos otra vez.
En cambio, ya puede tener los logros tirados de conseguir en plan "Mata a 2 enemigos sin moverte", que una vez acabo un juego, si no aporta nada a la historia, no lo vuelvo a empezar sólo para conseguir los 1000G. Eso no es disfrutar los videojuegos, tal y como yo lo veo. En ese sentido, creo que los de Nintendo siguen siendo los más "puros" en cuanto al disfrute del videojuego: he sufrido para sacar al 100% el Donkey Kong Country Returns, y han sido de las horas más disfrutadas de todo lo que jugué en 2011. Y lo mismo con cada Mario de la saga principal.