El otro día, cavilando en mis múltiples paranoias mentales, me percaté de que, fruto de años de experiencia, toda mi vida más bien, soy lo que podría llamarse un experto en algo que puede parecer insulso aunque tan importante como cualquier otra actividad o faceta de nuestras vidas.
Y es en algo tan simple como mojar las galletas en la leche.

Lo vengo haciendo desde la tierna infancia, ésa en la que todo es novedad, no existen los problemas y te imaginas que cuando seas mayor disfrutarás de una vida de éxitos, felicidad y abundancia.
No sabría decir con cuántos años me estrené, pero supongo que a partir de los tres años aproximadamente sería cuando empecé a mojar yo solo las galletas en el tazón de leche con Colacao. Ese gesto tan simple y a su vez lleno de no pocas dificultades, porque no es tarea fácil el calcular el tiempo de mojado de la galleta ya que intervienen en éste múltiples factores que pueden hacer que sea un placer indescriptible o una gran cagada ya que pueden pasar dos cosas, que la galleta acceda íntegra al interior de tu boca o que se rompa y caiga al tazón, más pesada de lo normal al ir empapada en leche y salpicarte la cara, ropa y mesa, momento en el que te cagas en su puta madre y pasas del nivel felicidad al nivel ira en un cuarto de segundo.
Para evitar estos contratiempos e intentar que no se nos estropee ese mágico momento he decidido escribir este artículo.
A continuación enumero los factores a tener en cuenta :
• El tipo de galleta: no es lo mismo una galleta rellena que sin relleno porque esto afecta a su capacidad de absorción. Incluso el tipo de relleno interfiere en el tiempo que mantendremos la galleta sumergida en la leche; hay rellenos más y menos densos, algunos absorben líquido y otros no. Y también la composición de la galleta en sí. Hay galletas que absorben la leche en cuestión de pocos segundos y otras que tienes tiempo de ir a cagar y volver hasta que se hayan ablandado. También las hay con una capa de chocolate en una de sus caras lo que alargará el tiempo de espera hasta que esté "al dente".
• El tipo de leche: la leche también influye; absorbe mejor la leche desnatada que la semidesnatada y ésta que la entera. ¿Por qué? Pues porque cuanto más desnatada más aguada por lo tanto mejor penetra el líquido en los poros de la galleta, y si es entera más grasa es la leche, tiene más cuerpo así que tardará más tiempo en ablandar aunque también más rico, pesado y pastoso quedará nuestro manjar compuesto de cereales, grasas vegetales y demás.
• La temperatura de la leche: otro factor muy a tener en cuenta. Cuanto más caliente tengamos la leche mayor poder de penetración tendrá en las paredes de nuestra galleta. Si la leche está fría tardará más tiempo en dejar la galleta blandengue y más fácilmente masticable.
Como en todo, esta tarea no es igual de emocionante para cada uno de nosotros. Habrá gente a la que no le guste mojar las galletas en la leche, que prefieren masticarlas “en seco”, a otros igual no les gustan las galletas… Y después estamos los forofos galletiles, esos que nos hemos criado comiendo galletas, que nunca han dejado de formar parte de nuestra dieta y que seguramente y bajo causas de fuerza mayor no las dejaremos de comer hasta que nuestras vidas se apaguen en el día del juicio final.
Y para los que nos gusta esta atractiva acción de introducir la galleta en la leche y esperar ansiosos a que se ablande para metérnosla en la boca, la sensación es puramente indescriptible. Es como un orgasmo bucal, esa sensación de bienestar, de calma después de la ansiedad, esa explosión de sabor, calentito, pastoso, tan hogareño e invernal… Qué lujo poder disfrutar de una rica galleta mojada en leche caliente con Colacao, esas pequeñas cosas que por rutina no sabemos apreciar pero que hacen que sigamos adelante en la lucha diaria del sobrevivir.
Voy a hablar de algunas marcas o tipos de galletas, las que más me gustan o con las que más familiarizado estoy para ver sus diferentes características físicas y estudiar grosso modo cómo nos pueden deleitar:
Galleta María

Es la galleta más conocida. La fabrican muchas marcas de galletas, la más famosa es la de Fontaneda. Sobre esta marca diré que he notado un cambio sustancial en su capacidad de absorción de cuando era niño hasta ahora. Hace años esta galleta era la mejor sin duda para mojarla en leche. El tiempo de sumersión rondaba los siete segundos y ahora éste ha aumentado, deduzco que debido a un cambio en la composición de la galleta. No me gusta nada este cambio, se hace más incómodo tener que esperar tanto.
Hay otros marcas que absorben mejor, como las María Oro de Cuétara o la que para mí es la reina de las galletas María, la Marbú Dorada. Esta marca consigue una galleta que para mí es la perfección de todas las galletas, tiene un sabor único e inigualable, un aspecto dorado, brillante y muy atractivo (sólo verlas ya te las comes con los ojos) y absorben la leche en cuestión de pocos segundos, entre dos y cinco según temperatura y tipo de leche.
Galleta tostada
En general se podría decir que esta galleta se asemeja a la galleta María en todas sus características excepto en su forma porque la galleta denominada “tostada” es rectangular. Quizás tarde algo más que las María al absorber la leche aunque ésta es una apreciación que no puedo afirmar con total seguridad puesto que no he probado muchas marcas.
Galletas rellenas de crema

Las más conocidas sin duda son las Príncipe de Beukelaer fabricadas por LU. Es una galleta que, a pesar de estar rellena con crema de chocolate absorbe muy bien la leche y eso contando con que su cara exterior está recubierta de huevo pero aún así no tarda mucho en ablandarse. Diría que una media de seis o siete segundos hasta que podamos izarla y comérnosla sin que se nos rompa durante el trayecto. Eso sí, como se rompa y caiga en la leche el efecto tsunami puede ser devastador porque lleva demasiado peso y gigantescas olas de leche rebasarán las paredes del tazón y pondrán perdida toda la mesa y mantel donde estés desayunando así como tu pijama, que quedará similar al atuendo habitual de un vagabundo del barrio del Bronx neoyorquino, así que mucho cuidado con estas galletas que son muy traicioneras.
Después hay otros tipos de relleno, por ejemplo los “Bocaditos de limón” de Cuétara rellenas de crema de limón (muy ricas por cierto) las cuales absorben muy bien o las famosas Oreo. Éstas ya tardan algo más en ablandarse aunque tienen un sabor muy particular (y muy imitado por diversas marcas blancas) y vale la pena la espera.
Galletas Campurrianas
Es una galleta de aspecto rústico, casero, como muy de pueblo. Son galletas bastante gruesas y tardan algo más que las otras en absorber la leche. No se necesitan muchas para llenar el buche. Si con las María yo necesito unas treinta galletas para quedarme satisfecho, con éstas no me hacen falta más de quince unidades.
Galletas Napolitanas
La marca reina es Cuétara. Saben a canela y llevan azúcar granulado por encima. Creo que son las galletas que más rápido absorben la leche, con tan sólo dos segundos de inmersión ya nos llegará para que estén blanditas. Si nos pasamos de este tiempo se romperán seguro.
El hecho de que lleven azúcar por encima a mí no me gusta nada porque se hacen demasiado dulces además que ese azúcar suele ir al fondo del tazón y cuando pegas el último sorbo se viene todo ese azúcar a la boca y es demasiado empalagoso. Lo que hago con estas galletas es frotarlas por encima para sacarles todo ese azúcar que a mi juicio sobra. Deberían fabricarlas también sin ese azúcar, creo que las venderían bastante bien.
Galletas Digestive con chocolate
Esta galleta es de las que más tardan en empaparse de leche. Por un lado llevan una capa de chocolate endurecida que no permite que la leche penetre por esa cara de la galleta. Por el otro lado sí que puede pero al ser la cara “tostada” tiene los poros más cerrados y es muy difícil que absorba con rapidez. Para solventar este inconveniente deberemos partir la galleta por la mitad, así la leche podrá penetrar por los bordes quebrados con facilidad.
No voy a seguir hablando de tipos de galletas porque no quiero alargarme demasiado pero ésas son las galletas que generalmente compro y consumo. Decir que no es que me alimente exclusivamente de galletas ni tampoco me como treinta galletas de una vez como dije antes. Mis desayunos se componen básicamente de avena aunque siempre como unas cinco galletas mojadas en la leche antes de llenar el tazón de avena.
Cuando era niño y adolescente sí que comía galletas por un tubo. Primero mojaba unas cuantas y después cogía un mogollón de galletas y las echaba en el tazón para que se ablandaran y comerlas así, muchas veces echaba tantas que en vez de leche con galletas se formaba una especie de pasta de galleta que me encantaba.
Nada más.
Saludos ^^