Ofrecen 6.000 euros en 24 horas. Un chollo que nos soluciona la entrada del piso, la comunión del niño o las vacaciones. Se trata de las empresas de crédito fácil o rápido. "La campaña mediática que realizan es muy fuerte y ha crecido mucho en los últimos años", afirma Aitor Beldarrain, delegado en Euskadi de la Asociación de Usuarios de Servicios Financieros (Ausbanc).
Con este potente reclamo, más de quince familias vascas ya han caído en la trampa: dinero rápido a unos intereses que rozan la usura. "Llevo muchos casos en los que gente corriente se ha visto embargada al no poder pagar las cantidades que les piden", explica, Aitor Ibarra, del bufete de abogados y economistas Ibarra y Asociados. "Tengo una clienta que debe 400.000 euros, cuando sólo pidió 15.000", añade.
El drama que viven estas personas empieza a preocupar al sector, que alerta también sobre las llamadas empresas de reunificación de deudas. "Están flotando en la alegalidad, porque no son ilegales. No están reguladas y manejan grandes cantidades de dinero sin ningún tipo de control", señala Beldarrain. "Existe una gran consternación porque te metes en una espiral en la que al final tienes que acabar hipotecando tu casa".
El máximo que las compañías de crédito fácil pueden ofrecer a sus clientes es de 6.000 euros, pero "la bola se va haciendo cada vez más grande", añade el delegado de Euskadi de Ausbanc. "Tenemos que plantearnos hasta qué punto es conveniente optar por estas vías y no por los créditos bancarios tradicionales". Se trata de una oportunidad fácil y sin repercusiones de cometer actos de usura ya que, según explica Beldarrain, "la ley antiusura que existe en el Estado no ha sido modificada desde 1908". "Refleja sobre todo problemas con tierras y lindes y no se aplica actualmente en los juzgados. Está completamente obsoleta".
Como garantía de su seriedad, este tipo de empresas presentan una página de credibilidad, un notario y un director bancario. Después, a multiplicar por tres, por cinco y hasta por diez la deuda. "En los casos que yo tengo, estamos tratando de demostrar que es una práctica de usura", explica Ibarra, "aunque ya no podremos recuperar las viviendas que han sido ya embargadas, trataremos de paralizar la subasta y luego de demostrar que es una práctica de usura. Es decir, evitar la deuda".
El problema, para Beldarrain va más allá del abuso sobre la necesidad; y plantea que quizá "estemos ante un problema más psicológico". "Hoy en día mucha gente vive por encima de sus posibilidad. De aquí la proliferación de este tipo de negocios", opina.
"Es necesaria una regularización para poner límites y para definir la usura que se practica en la actualidad", puntualiza Beldarrain. Acudir a una empresa de dinero fácil, en donde exigen poco papeleo y préstamo inmediato, puede acarrear serias consecuencias. Perder una casa y deber más de 400.000 euros son algunos de los ejemplos de los que ya conocen en primer persona la estafa del crédito rápido.