El problema no es el turno de noche, el problema es la cantidad de droga que se metía al cuerpo, y no te engañes, el día de mañana lo volverá a hacer, el turno de noche ha sido la excusa esta vez para pincharse, pero ya saldrá otra excusa para volver a pincharse, "que si no lo estoy pasando bien", "que si han despedido a Roberto el del trabajo", "que si no me he podido comprar las zapatillas que me gustan", etcétera.
Si prefieres estar con un tío que se pincha solo por su cara bonita o su físico, allá tú, yo tengo más que comprobado que todo aquel que se pincha es por que por dentro está vacío y por fuera trata de mostrar un físico falso. Una persona que ha estado en depresión al lado de un tío que se cicla y a la mínima se desquicia (trabajar turno de noche en verano, ya ves tu), eso no ayuda y acaba en una relación tóxica, donde uno es tóxico por H o por B y el otro también por J o por C, y al final, habláis, se arregla, y en un tiempo, otra vez mal, y así, en un bucle.
Si cuando estuve yo tres años con la depresión se me hubiese juntado alguien tóxico, seguro que no habría salido de ella, por eso, estar con un tío obsesionado con su cuerpo que hasta se cicla, dudo que aporte algo maravilloso en la vida de nadie. En mi opinión.
La mayoría de los que trabajamos de noche estamos encantados, no soportamos pijos trajeados, no aguantamos gente en general, no vemos a los jefes, y como entramos de noche, podemos aprovechar la mañana para arreglar papeles, desayunar por ahí, ir a hacer la compra, etcétera.