Disipar el calor de un centro de datos es uno de los grandes retos al que se enfrentan compañías como Google, Facebook, Amazon, Apple o Microsoft. Algunas de estas empresas deciden trasladar sus centros en países más fríos y ahorrarse así una parte de las astronómicas facturas de electricidad. Ahora en Microsoft han tenido una
nueva idea, instalarlos debajo del mar.
La iniciativa conocida como
Project Natick aún está en fase de investigación, pero podría terminar siendo una solución rentable a la vez que ecológica. Microsoft empezó a trabajar en este proyecto en 2013 y en 2014 iniciaron la construcción de un prototipo, que en agosto del 2015 ya estaba conviviendo con la fauna marina residente en la costa de California. Funcionó durante 105 días y para los ingenieros de Microsoft el éxito fue mayor de lo esperado.
Instalar centros de datos debajo del agua no sólo ayuda a mantener su contenido a una temperatura aceptable, también tiene ventajas logísticas, ya que según señala Microsoft el 50% de la población mundial vive a menos de 200 kilómetros del mar. Además, en caso de llegar a producir en masa estas cápsulas es posible ponerlas en marcha en sólo 90 días, mucho más rápido que los dos años que se tarda en construir un centro de datos en tierra. Los ingenieros incluso creen que algún día los centros de datos submarinos serán energéticamente autónomos utilizando turbinas submarinas o la energía de las mareas.
Pero la idea tiene un buen número de retos por superar, siendo el más importante la creación de centros de datos que puedan sobrevivir sin un chequeo regular. Las instalaciones en tierra son fácilmente accesibles y los ingenieros pueden solucionar cualquier problema o reemplazar los servidores siempre que sea necesario. En Microsoft aspiran a que su sistema submarino pueda permanecer sin mantenimiento durante años.
El primer prototipo, llamado Leona Philpot por un personaje de Halo, constaba de un único
rack acompañado por un centenar de sensores para supervisar el estado dentro y fuera de la cápsula. Además de medir las condiciones de humedad, presión o movimiento, los sensores también evalúan el impacto del invento en su entorno. Según Microsoft, el calor generado sólo afecta a unas pocas pulgadas alrededor de la cápsula.
Ahora Microsoft está terminado de analizar los datos de su primer prototipo y el próximo paso es trabajar en una nueva Leona Philpot tres veces más grande que la original.