Fue en el año 2015 cuando Microsoft anunció la llegada de Windows 10 para los fervientes usuarios del sistema operativo, en aquel momento hacía su aparición y prometía solucionar o corregir muchos de los problemas de los sistemas anteriores. Ocurría que el SO también llegaba como actualización casi obligatoria de Windows 7 u 8, sin avisar en muchos casos al usuario de forma clara. A raíz de ello
una mujer demandó a Microsoft y finalmente ha ganado el juicio.
Y es que la campaña del lanzamiento de W10 no estuvo exenta de crítica por aquellos usuarios que veían esta actualización como demasiado agresiva. Es el caso de Teri Goldstein, la usuaria que llevó a juicio a los de Redmond. Goldstein afirmaba que unos pocos días después de que Windows 10 se estrenara, su ordenador se descargó la actualización sin su conocimiento. Hasta ese momento y según explicó en el juicio, ella jamás había oído hablar de Windows 10.
La mujer aseguraba que tras la descarga el ordenador nunca volvió a funcionar igual, sobre todo veía como se había ralentizado en su funcionamiento normal haciendo del equipo prácticamente inoperativo. Goldstein se acabó comprando un ordenador nuevo y decidió llevar a juicio a Microsoft. Finalmente el juez ha fallado a su favor, razón por la que la compañía le ha tenido que abonar una indemnización de 10.000 dólares.
Recientemente Microsoft no ha reducido esta “agresividad”, pero ha añadido la descarga de Windows 10 dentro de las actualizaciones recomendadas para los usuarios de Windows 7 y 8. Como explican en The Next Web, los usuarios todavía tendrán que aprobar la instalación, pero resultará fácil acaben descargando accidentalmente el SO.