Últimamente no se que me pasa, pero le doy muchas vueltas a esto de la muerte. Estoy a punto de llegar a los 20, es decir, que habré gastado 1/4 de mi vida. Y que he hecho durante este tiempo? He aprovechado la infancia y adolescencia como debía?
Si miro hacia atrás, veo que me gustaría cambiar muchas cosas, no sólo para cambiar mis hechos, sino también para coger la opción correcta que no escogí en ese determinado momento. Pero bueno, que no estoy escribiendo esto para reflexionar sobre lo que cambiaría del pasado, sino sobre la muerte.
Yo, como todos vosotros, no nos engañemos, moriré. Y que hay después de la muerte? A mi me gustaría creer que hay algo. No digo que un cielo a lo cristiano ni nada así, pero si la posibilidad de la reencarnación, ser otro ser, olvidar tu vida anterior, pero a la vez, tener otra oportunidad, y no resignarte a dejar de existir. Aunque no sería resignarse, porque si no existiera, no me podría resignar.
En fin, que lo que me preocupa realmente no es mi muerte, sino la de la gente que me rodea. Puede sonar muy egoísta, pero quiero morir primero, no quiero ver desaparecer a mi familia, ni a mis amigos, ni a mi perro!! No quiero pensar que dejaran de existir, que me dejaran aquí sola, y que yo seré la responsable de que no caigan en el olvido.
De hecho, no he sufrido muertes cercanas. Bueno, en realidad si, mi abuela paterna murió antes de que yo naciera (así que no cuenta), y mi abuelo paterno murió cuando yo tenía unos 8 años, y ya hacía unos años que padecía alzheimer y no nos reconocía, y vivía internado en una residencia, así que tampoco desarrolló propiamente un papel muy importante en mi vida, y por lo tanto, su muerte me afecto, pero no me causó trauma. Aquí empieza el problema. Muere mi abuelo y a su nieta no le causa trauma. Eso significa que murió sin poder ejercer propiamente su papel de abuelo. Y si yo no puedo ejercer lo que me corresponde en esta vida? Y si no llego?
Ahora, mis abuelos maternos no están muy bien de salud. Mi abuelo tiene 82 años, y hasta ahora ha estado perfecto, con la forma física de cualquier chavalillo, y por eso siempre lo he tenido como un súper-hombre. Y ahora la edad le empieza a pesar, se está haciendo mayor, y ver como empieza a gastarse (por llamarlo de alguna forma) me afecta mucho. Es ver como que se acaba el tiempo, y que tengo que empezar a hacerme a la idea de que le perderé. Y bueno, mi abuela está mucho peor. Para que os hagáis una idea, era una mujer increíble, inteligente y muy lista, que aun haber vivido una guerra, estudió y pudo encontrar un buen trabajo de secretaria para poder mantener a su familia. Pues ella, que hace tan solo unos años me enseñaba mecanografía, escribía artículos para la revista local, recibía premios literarios… hará unos dos años le diagnosticaron alzheimer y parkinson. Total, que ha sufrido una desmejora increíble. En tan solo dos años, ha dejado de valerse por si misma casi. Ya no escribe, ya no cocina, ya no puede quedarse sola… y ella lo ve, y se siente inútil, y no entiende que ha hecho de malo para que le ocurra esto. No quiere ser una molestia… Y bueno, que veo que pronto la perderé. Se medica mucho, y eso le causa soñolencia, y cada vez que se duerme en la mesa, o simplemente en el sofá, me asusto porque me da miedo pensar que no vuelva a abrir los ojos.
Y es que los quiero muchísimo, y cuando pienso que los perderé, y que yo no podré hacer nada para evitarlo, y que no les veré nunca más, y que no podré presentarme un sábado por la mañana por sorpresa a desayunar para que mi abuelito me haga chocolate caliente mientras mi abuela me cuenta que ha hecho durante la semana… se me cae el mundo encima.
Otra cosa, que tal vez sea una salvajada, es mi perro. Es la primera mascota que tengo. Hace 7 años me lo regalaron para mi cumpleaños, después de toda la vida repitiendo como una obsesa: QUIERO UN PERRO! QUIERO UN PERRO! Pues eso, fuimos a adoptar un perro a la protectora de animales. Eso si, antes de prometer que lo sacaría siempre a pasear, le daría de comer, jugaría con él, lo llevaría al veterinario… Y a la hora de la verdad que pasa? Que no le haces tanto caso. Y la cuestión es que lo quiero con locura. Jugar con él siempre lo he hecho… sacarlo a pasear no tanto… y no se. Pienso que dentro de unos pocos años nos abandonará… y es que es uno más de la familia. Todos le queremos un montón! Me ha hecho muchísima compañía en momentos difíciles. Hasta le he contado mis problemas millones de veces. Y siempre acabo igual: llorando abrazándolo pidiéndole que no se muera nunca. Ya ves tu, que cosas de pedir… Cuando ya ha hecho más que lo imposible! Hace unos años sufrió dos enfermedades (leismaniosis o algo así y otra cosa rara, todo por picaduras de mosquitos y cosas raras) con las que, el 99% de los perros que las padecen, mueren. Él aguantó… estuvo ingresado en un hospital canino, casi murió desangrado, pero aun así, fue fuerte y ha sobrevivido. Y sigue aquí, a mi lado, jugando como el primer día, sin hacernos ni puto caso de lo que le decimos, y poniendo la mejor cara de pena cuando él sabe que no podremos decirle que no. En fin… que cuando se muera, pillaré una depresión de caballo!
Y bueno… de mis padres y hermanos ya ni hablar. Quiero pensar que queda mucho…
Siento haber soltado este rollo, pero es que necesitaba desahogarme… veo que la muerte se acerca demasiado deprisa… y yo no quiero