En general siempre es muy satisfactorio pasarse cualquier cosa que te haya costado mucho. La excepción son las aventuras gráficas, que cuando no te pasas algo durante horas porque no vees el puñetero objeto que necesitas o el sitio al que ir (especialmente en aventuras en baja resolución) al encontrarlo sólo puedes sentir un ataque de ira homicida.
Para mi posiblemente el momento de un videojuego que más feliz me ha hecho ha sido terminarme el Silent Hill con el final bueno. Después de sentir que todo está en tu contra y que no puedes ganar, una sensación de victoria aplastante com esa creo que no la he vivido nunca.